Omar ben Hafsum e Ibn Marwan
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Omar ben Hafsum e Ibn Marwan... príncipes bandoleros del siglo IX.

El mundo musulmán andalusí, en el siglo IX, presenta un fraccionamiento y convulsión sin precedentes. Al poder central del emirato de Córdoba se opondrán diferentes rebeliones y personajes. Dos de ellos, los aquí retratados, cumplirían con creces los requisitos para hacer una magnífica película tipo Hollywood con intrigas, lucha por la libertad, amoríos y batallas...

Omar ben Hafsum (Parauta?, 854- Bobastro, 917)

Este Omar ha sido considerados por muchos el primer "bandolero" de Andalucía... un bandolero que casi llegó a ser rey de toda la región.

Omar era un muladí, es decir, un hispano (descendiente de visigodos) convertido al Islam, ya de familia. Se piensa que nació en Parauta, junto al castillo de Auta, al pie de la sierra de la Torrecilla.

 

Su ardoroso carácter ya le llevó a meterse en problemas desde joven, viéndose implicado en la muerte, algunos dirían asesinato, de un vecino por razones obscuras. A pesar de la protección que podía proporcionar ser miembro de una "buena" familia, decide tirarse al monte para evitar posibles represalias.

Mientras que algunos defienden que marchó al norte de África y pasó allí algún tiempo cultivándose intelectualmente y ejerciendo de todo, otros opinan que nunca salió de al-Andalus... en cualquier caso la siguiente vez que tenemos constacia de su presencia es en el enclave montañoso de Bobastro, junto con otro grupo de apátridas o fueras de la ley.

 

Bobatro siguesiendo un misterio sin terminar de aclarar ya que su localización exacta se desconoce, aunque se cree que estaba en la provincia de Málaga, cerca de Mesa de Villaverde.

 

Al cabo del tiempo supo ponerse a la cabeza de un creciente grupo de descontentos, muladíes y mozárabes peninsulares (cristianos que vivían bajo dominio musulmán), insatisfechos con la presión centralista y las tendencias orientalizantes de Córdoba.

 

Desde su original base de Bobastro iniciará primero una serie de actos, considerados de pillaje, y luego rápidas campañas militares que le irán haciendo señor de las tierras de alrededor.

 

Sus éxitos militares, utilizando tácticas guerrilleras, su carisma personal y el uso del descontento y las tensiones reinantes harán que vaya ganando cada vez más poder, forzando a que se le reconociera el título de gobernador en el 880.

 

Las fuentes nos hablan de dos lemas bajo los cuales atrajo el descontento de la población mozárabe y muladí: "Bastante tiempo habéis sido esclavos. Es hora de que os pongáis de pie y echéis a los extranjeros", y "¿Hasta cuándo vais a soportar el duro yugo de los impuestos?"

 

Su poder llegó a ser tal (dominando territorios en Málaga, Sevilla, Jaén y Granada) que llegó a convertirse en una seria amenaza para el mismo califato cordobés. En el 889 comete un error fatal al enfrentarse en campo abierto y en batalla campal al conjunto de las tropas emirales el viernes santo (batalla de Poley, Aguilar-Córdoba); enfrentamiento que concluirá en una estrepitosa derrota.

 

Retirado de nuevo a su fortaleza de Bobastro, y continuando como asaltador de caminos, los seguidores le irán abandonando poco a poco. El acto final es el de su conversión al cristianismo, lo que reforzó sus lazos con sus apoyos mozárabes, pero le restó la confianza de los muladíes militantes y la población local. Algunos también ven aquí un problema amoroso. No obstante, se mantendría irreductible en su Bobastro hasta su muerte, en el 917.

 

Sus hijos continuarían la resistencia once años más (928), hasta que el primer califa, Abderraman III, tome la plaza y profane la tumba del otrora héroe esparciendo sus cenizas al viento.

 

Abd al-Rahmán Ibn Marwan (Mérida, s. IX-Badajoz, 889)

En el al-Andalus oriental también estallan las revueltas contra el emirato en el siglo IX. Si primero fue la rebelión de Mérida, el personaje que ejemplifica estos enfrentamientos con el poder central será Abd al-Rahmán Ibn Marwan.

Su familia era descendiente de Marwan Al-Yilliqi, muladí al servicio de los omeyas de Córdoba, que le nombraron gobernador de Mérida en la primera mitad del siglo IX. Su hijo Abd Al-Rahman Ibn Marwan, nuestro héroe, se levantó contra Muhammad I en el 868, al frente de un grupo de mozárabes y de conversos (muladíes) descontentos con la situación social y las presiones fiscales.

Desde su feudo de Mérida se enfrentaría en repetidas ocasiones con los emires cordobeses, siendo derrotado varias veces, pero nunca de forma definitiva. Tras una grave derrota, Marwan se niega a reducirse, de nuevo, y se atrinchera en la fortaleza de Alange. Desde allí se lanzaría a la refundación de Badajoz (875 -por aquel entonces unas pocas casas encima de un asentamiento de origen romano-) y el control del área circundante.

Al final, los emires omeyas terminaron reconociéndole como señor de Badajoz y del Algarve. Posteriormente se unió a los Banu Jaldun de Sevilla, y juntos lucharon contra el emir Abd Alliah. El resultado de estas luchas fue la pérdida temporal de Badajoz, que fue ocupado por un grupo de beréberes.

Morirá en su reducto, aún independiente en el 889. Le sucedería su hijo Abd Allah Ibn Muhammad, quien conseguiría recuperar Badajoz. Finalmente, el hijo de éste, Abd al-Rahman, entregaría la ciudad a Abd al-Rahman III en el 929, tan sólo un año después de que, al otro lado del nuevo Califato, cayera Bobastro...

 

La página sobre el medioevo de Ana y José Manuel