GENGIS KAN COMO GUERRERO
El emperador mongol Gengis Kan (1167-1227) fue el comandante que más tierras
conquistó en toda la historia de la humanidad, con tropas bajo su mando
directo. Sus ambiciosas tácticas y maniobras evasivas se han estudiado en las
academias militares hasta hoy en día. Prestigiosos comandantes de carros de la
Segunda Guerra Mundial reconocieron su genio, como el general norteamericano
George Smith Patton (1885 -1945) y el mariscal alemán Erwin Rommel (1891-1944).
Una de las cosas más asombrosas es que lo consiguió a base de un ejército
formado, en origen, íntegramente por jinetes. Antes había logrado dos
importantes objetivos. Uno fue la unión bajo su mando de todas las tribus
mongolas nómadas de las estepas orientales a principios del siglo XIII.
El otro gran logro fue organizar la forma de vida nómada. Tanto en tiempo de
paz como en guerra distribuyó la vida de los campamentos e impuso la disciplina
entre las tropas. Unas de las medidas fue desterrar la vieja costumbre de que
cualquiera se podía parar en una batalla para saquear a los muertos o al
campamento enemigo. Ahora nadie se movería a menos que recibiera una orden
directa de sus superiores.
Estructura del ejército
Dividió al ejército en dos grupos. Uno era el núcleo del ejército, al que
dividió entre tropas de caballería ligera y tropas de caballería pesada (que
conformaban 130 'quiliarquías'). El otro contingente era una guardia de élite,
dividida a su vez en los 'portadores de carcaj' (caballería ligera) y los
'portadores de espada' (pesada).
Las unidades se formaron siguiendo múltiplos de 10. Una división, o 'tumen',
se componía de 10.000 hombres. Cada 'tumen' se dividía en 10 regimientos de
1000 hombres, llamados 'minghans'. Éstos contenían escuadrones de 100 jinetes
conocidos como 'jaguns' y, a su vez, se dividían en escuadras de 10 hombres,
'arbans'.
Los hombres elegían a los jefes de cada 'arban'. Éstos escogían a los
comandantes de los 'jaguns'. Sin embargo, los comandantes de los 'minghans' y
'tumen' se designaban de forma directa por el 'kan', que únicamente atendía a
sus cualidades militares. La mayoría de los oficiales superiores salían de las
filas de una especie de Estado mayor, creado por Gengis Kan, que había fundado
más o menos la primera academia militar de la historia.
Tácticas y armas
Su táctica favorita era una especie de emboscada andante, lo que en España se
conoce como 'tornafuya'. Cuando un grupo del ejército finge huir en desbandada
para arrastrar a los perseguidores a una encerrona tendida por el resto de las
tropas.
No obstante, la táctica que siempre intentaban primero era rodear a los
enemigos y someterlos a un intenso fuego arquero. Finalmente, se realizaba una
carga frontal en el que en el último momento las tropas de caballería ligera
se abrían por las alas, rodeando al contrincante. Éste estaba distraído por
el movimiento. No esperaba la segunda carga de caballería pesada que se
encontraba oculta tras el primer grupo de jinetes.
El arco fue su arma principal. Era de gran efectividad y alcance. Llegaron a
refinarlo y especializarlo, sobre todo las flechas, que tenían diferentes
cabezas según su objetivo: penetrar armaduras, incendiar e incluso, provocar un
atroz sonido silbante que infundiera temor al enemigo (aunque también se usaban
para comunicaciones). En esta línea, el terror fue otra de las armas a emplear.
Por lo tanto, su secreto, además de emplear a un pueblo nómada en lo que mejor
sabían hacer -cabalgar-, fue la disciplina, la flexibilidad de las maniobras, y
la velocidad; ayudado con un toque de guerra psicológica.
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