LA HEREJÍA ALBIGENSE
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LA HEREJÍA ALBIGENSE

Probablemente la herejía albigense sea una de las más conocidas de las que suciedieron en toda la Edad Media. Estuvo activa desde mediados del s.XII hasta mediados del s. XIII.

 

Este movimiento sería declarada oficialmente herejía en 1187. Desde entonces se inició la acción contra sus integrantes. Primero por medio de la predicación –la orden dominica nació por este hecho precisamente-, y luego por medio de la acción violenta, en forma de cruzada (desde 1209), y la inquisición.

 

Tuvo su foco central en el Mediodía francés, más concretamente el sureste francés y el Rosellón Catalán... es decir, la zona conocida como Occitania o Languedoc (el país de la lengua de Oc –lenguadociano-). El rombo formado por las ciudades de Tolosa (Toulousse), Carcasona (Carcassone), Montpelier y Albi fue su principal area de asentamiento. Precisamente albigense deriva de albigés, la comarca situada justamente al noreste de Tolosa cuyo centro era Albi.

 

Cátaro y albigense.. filosofía

Normalmente se identifía cátaro con albigense. Sin embargo ‘cátaro’ es un apelativo que significa ‘puro’ y que, como tal, fue empleado por diferentes herejías (que por supuesto se consideraban los puros, lo elegidos) para autodesignarse. Albigense es el nombre exacto de la herejía que nos ocupa ahora.

 

La filosofía o religión albigense se basa lejanamente en un maniqueismo, derivada de la tradición cristiana (toman el Nuevo testamento como libro fundamental). Para ellos sólo existían dos poderes, la luz y la oscuridad; el dios bueno y el maligno (satán,con rango de dios, que estaba en todo lo material); rechazando la divinidad de Cristo y gran parte de los sacramentos de la Iglesia establecida. Dentro de la comunidad cátara estaban los fieles de base y los ‘perfecto’, los más puros, que llegaban a este nivel después de tres años de noviciado y el paso de un examen.

 

Pronto van a organizar una iglesia paralela (ca. 1160), que se dividirá en iglesias y obispos... a mediados del siglo XIII, ya en retroceso, experimentará movimientos internos de división.

 

La corona de aragón y los albigenses.

La corona de Aragón se verá envuelta en el fenómeno albigense. Para empezar en parte de sus territorios tanto ultrapirenaicos como peninsulares se dio esta herejía. Pero, lo más importante fue la muerte del rey Pedro I en Muret, 1213, frente a las fuerzas cruzadas comandadas por Simon de Montfort. Es irónico constatar que Pedro I, que había participado en la cruzada de las Navas de Tolosa, moriría a manos de otros cruzados defendiendo a sus vasallos albigenses (también se daba cuenta de la dimensión política de la cruzada). Luego, Jaime I no los defendería pero tampoco los perseguiría duramente en sus territorios peninsulares... se lo dejó a la inquisición.

 

Crítica y fin

La predicación de la cruzada contra los albigenses se encontró con críticas de los mismo contemporáneos a los hechos. Por un lado estaban aquello que de base no defendían la acción armada contra nadie en nombre de la religión. Por otro, mientras que la jerarquía eclesiástica europea apoyaba la cruzada, otros muchos no dejaban de darse cuenta que ésta estaba siendo aprovechada por la monarquía capeta francesa para ampliar sus territorios reales. Además, estaba la cuestión de la eliminación de la identidad de toda un área, occitania, con sus propias costumbres y lengua, a favor de la integración del renaciente reino francés.

 

De esta época de cruzada nos queda un hermoso texto: la canción de la cruzada albigense, en la lengua de Oc. Compuesto por varias manos, es curioso constatar que el autor de la primera parte es claramente proalbigense, mientras que quien concluyó la obra defendía la cruzada.

 

Aunque las diferentes cruzadas lanzadas contra ellos acabaron en 1229, con la rendición de Tolosa, continuaron hechos militares puntuales, como el asedio y la toma del último gran castillo cátaro, Montsegur (1244, el único castilo de construcción enteramente cátara), y la acción de la inquisición contra aquellos grupúsculos aún resistentes y que se refugiaron en las zonas montañosas del Pirineo catalán. Estas acciones se extenderían por el tercer cuarto del siglo XIII. El catarismo languidecería hasta su completa extinción a principios del siglo XIV.

 

Para saber más

Le chanson de la croisade albigeoise (libraire générale française, 1989)

El legado secreto de los cátaros (Siruela, 1997)

Atlas de los Cátaros (ed. Península, 1997)


José Manuel Rodríguez García

Publicado originalmente por Temalia.com (Planeta de Agostini)

 

 

La página sobre el medioevo de Ana y José Manuel