LA EXPULSIÓN DE LOS JUDÍOS
El 31 de Marzo (2002) hizo 510 años desde que los Reyes Católicos firmaran
el decreto de expulsión de los judíos de los reinos de Castilla-León y
Aragón, convirtiéndose así en los últimos grandes monarcas europeos que
dictaminaran dicha medida, siendo prontamente seguidos por Navarra (1496) y
Portugal (1498).
Los judíos y los Reyes Católicos
El caso es que al principio del reinado de los RR. CC. se
hace la distinción clara entre judíos y conversos. Curiosamente, se tolera
más a los judíos que a los conversos, de los que se sospecha de su sinceridad.
Entre 1430 y 1470 se va a producir una avalancha de
conversiones debido a la acción predicadora y a la propia división de la
comunidad judía. Se estima que ya en estas fechas se convirtieron
voluntariamente unas 250.000 personas, unos dos tercios de la población
sefardí.
La situación de relativa tolerancia hacia los judíos cambia
a partir de 1476, con las Cortes de Madrigal. En 1480, las de Toledo son aún
más restrictivas, con sus leyes sobre morerías y juderías, en preparación a
la campaña de Granada. Por otra parte, la fundación de la Inquisición contra
conversos en 1478, en Sevilla, y desde 1482, en Valencia, supone un fuerte
golpe: se volverá a sobreentender que los conversos se apoyan en los judíos y
se intensifican las presiones sobre la comunidad. Además, en la década de 1480
se producen ya expulsiones parciales de los judíos de las provincias
eclesiásticas de Sevilla y Zaragoza.
EL edicto de expulsión
De esa forma, el 31-3-1492 se dicta el edicto de expulsión,
aunque varios judíos poderosos consiguen obstaculizarlo durante nada menos que
un mes. La decisión es consecuencia del clima de la década anterior
caracterizado por un mayor enfrentamiento social, la acción de la inquisición,
la campaña de Granada que acaba de terminar (1.1.1492) y la decisión
política, por parte de los RRCC, de conseguir un estado fuerte con proyección
internacional.
El edicto especifica tres razones para su expulsión: el
peligro de los judaizantes, es decir, de que perviertan cristianos en las
erróneas enseñanzas del judaísmo; la religión judía pasa a ser considerada
legalmente perversa; y, por último, las prácticas usureras de los judíos.
También se ha argumentado que hubo razones económicas.
Ciertamente hubo particulares que aprovecharon para beneficiarse de la mal venta
que tuvieron que hacer los judíos, o que incluso se negaran a pagar las deudas
debidas. Las arcas del tesoro real también salieron claramente beneficiadas,
pero estas no estaban en bancarrota, así que no es la causa determinante de la
expulsión.
La expulsión
Los judíos tienen que optar, en un plazo de cuatro meses (hasa el 31 de
Julio) por la conversión al cristianismo o el exilio. Se ha calculado que los
que eligieron el exilio fueron unas 70.000 personas, entre las que se incluía
sólo una de los cuatro personajes principales de la comunidad judía... el
resto decidieron quedarse y bautizarse. A partir de noviembre de ese mismo año
se permite que vuelven aquellos judíos que habían optado por el exilio pero
que ahora prefieren volver, eso sí, una vez probado que han tomado el bautismo
(en este caso tienen el derecho a recuperar sus propiedades por el mismo precio
por la que las vendieron).
Una conversión forzosa que daría luego lugar al problema del criptojudaismo
(aquellos conversos que practicaban su religión en secreto) y que sería
duramente perseguida por la inquisición.
EL destino de estos sefarditas se concentra en tres frentes: Portugal, donde
no serían mejor tratados y de donde saltarían a América y el Norte de
África; el norte de África y las repúblicas italianas. Al final se acabarían
asentando en ambas riberas del mediterráneo, sobre todo en las zonas ocupadas
por los turcos y musulmanes.
Conclusiones
Hay que destacar que parece precisamente el deseo de internacionalización de
la política de los RRCC y la necesidad de una nación fuerte y unida el impulso
principal detrás de la obra de los RRCC. A nivel económico supuso, a la larga,
fuertes pérdidas; si bien las demográficas, aunque cuantiosas, son menos
importantes de lo que se consideraba hasta hace poco.
Por último decir que el edicto es contra una religión, no contra un grupo
étnico. Los que se convirtieron, entre 1391 y 1499, se fundieron paulatinamente
con la población española, llegando a ocupar, como se ha dicho, altos puestos
políticos y eclesiásticos. Sus familias entroncaron con las de más rancio
abolengo e incluso con la alta nobleza; aunque eso no quita que en la población
española se empezara a hablar de cristianos viejos respecto a los cristianos
nuevos, en tono despectivo.
Para saber más:
"http://cervantesvirtual.com/historia/cuads_textos_exp_judios.shtml">"Texto
del edicto"
http://www.geocities.com/CapitolHill/Lobby/2679/expulsiondocs.htm
http://www.museosefardi.net/pagina5b.html
Catálogo de la
exposición Sefarad.
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