VIAJES
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VIAJES Y VIAJEROS MEDIEVALESDespués de un período en el que se pensó que la sociedad medieval era inmovilista, que se encontraba anclada en un territorio determinado y que solamente en la Edad Moderna la expansión del Estado permitió organizar expediciones de largo alcance, hemos redescubierto el mundo de los viajes medievales. No sólo Marco Polo llegó a Asia. En esta página reproducimos diversos textos de viajeros de todos los siglos medievales, que prueban el dinamismo de una sociedad, limitada a veces en sus recursos, otras veces rica y floreciente y por ello decidida a viajar a los lugares religiosos, de comercio o peregrinación, centros políticos o territorios deshabitados. Esperamos que os guste y que a través de la bibliografía que proporcionamos os animéis a viajar vosotros también... Elige:
Los viajes imaginarios: San Brandán Pronto llegan y arriban, sin buscar
otra entrada para desembarcar, y sin que les asalte ninguna duda empujan
el barco hacia tierra, y desde la orilla, con cuerdas, despacio lo van
arrastrando, para remontar el curso de un riachuelo.
Benedeit: El viaje de San Brandán (ed. Marie-José Lemarchand). Madrid: Siruela, 1986, pp. 18-20.
En la tarde de dicho lunes hicimos alto en una
aldea llamada al-Qantara (el Puente), de exuberante fertilidad y de vasto
territorio por el que corren riachuelos de agua [bajo] la extensa sombra
de árboles frutales; es [una] de las más exce-lentes y bellas
aldeas. En ella hay un puente, sobre uno de los ramales del Éufrates,
grande y convexo al que uno sube y [des-pués] baja. La aldea ha
tomado de él su nombre, pero se la lla-ma también Castillo
de Bašir. Vimos que en estas regiones la recolección de la cebada
es en ese momento, o sea, a mediados de mayo.
Ibn Yubayr: A través del Oriente. El siglo XII ante los ojos. Rihla (ed. Felipe Maíllo Salgado). Barcelona: Eds. del Serbal, 1988, pp. 256-257.
Los mongoles según Juan del Piano Carpini: las misiones en Asia Su
complexión física es diferente por completo a la de todos
los demás hombres. En efecto, entre los ojos y entre los pómulos
su cara es más ancha que la del resto del género humano,
y sus pómulos, además, sobresalen mucho de las mandíbulas.
Tienen nariz chata y pequeña, ojos chicos y párpados levantados
hasta las cejas. Por regla general son estrechos de cintura, con pocas
excepciones. Casi todos son de corta estatura. Es muy raro que les salga
barba, mas a algunos les crecen en el labio superior y en el mentón
unos pelillos cortos, que no se afeitan en absoluto. En la coronilla llevan
coronas a modo de clérigos, y se rasuran el cráneo, de una
oreja a otra, como unos tres dedos de ancho, afeitado que unen a la corona
susodicha; igualmente se afeitan la frente también como dos dedos
de ancho, pero se dejan crecer hasta las cejas el pelo que les nace entre
la corona y este último rasurado, y lo llevan largo a fuerza de
cortarlo más en las sienes que en medio del cráneo; el resto
del pelo se lo dejan crecer como las mujeres, y con él se hacen
dos trenzas, que atan una y otra detrás de las orejas. Sus pies
son pequeños.
Gil, Juan: En demanda del Gran Kan. Viajes
a Mongolia en el siglo XIII. Madrid: Alianza, 1993, pp. 166-67, 170.
Ibn Battuta llega hasta China La China
es un territorio inmenso, con toda clase de productos, frutos, cereales,
oro y plata Ninguna otra tierra se le puede compa-rar. La cruza el río
llamado Abi-hayát, es decir, «el agua de la vida». También
se conoce por Sarú [Amarillo], como el río que hay en la
India. Sus fuentes se hallan en los montes cercanos a la ciudad de Ján
Báliq [Pekín] y a los cuales denominan Kuhi Búzna,
lo que significa «la Montaña de los monos». Luego fluye
por medio de China un tiempo equivalente a seis meses de marcha hasta terminar
en Sin as-Sin [La China de China, Cantón]. Todo a lo largo de sus
orillas hay pueblos, sembrados, huertos y mercados al modo del Nilo de
Egipto, pero esto es más poblado y con numerosas añoras en
las riberas. En China hay abundante azúcar, como la de Egipto, e
in-cluso mejor; y uvas, y peras. Yo creía que la pera de Da-masco
no tenía parejo hasta ver la que hay en China. También se
dan magníficos melones, parecidos a los de Juwárizm e Isfahán.
Es decir, cuantas frutas hay en nuestros países se encuentran en
China y aún mejores. Igualmente abunda en trigo y jamás vi
otro de mejor calidad. Y del mismo modo con las lentejas y garbanzos. [...]
Ibn Battuta: A través del Islam (ed. Serafín Fanjul y Federico Arbós). Madrid: Alianza, 1987/97, pp. 720-721. Foto:Caravanserai (libro
Arab travellers)
Bizancio en el siglo XIV: el embajador Ruy González de Clavijo [Constantinopla]
Y luego este día fueron ver otra Iglesia de Santa María que
ha nombre Peribelico, y en la entrada de esta Iglesia está un gran
corral en que hay cipreses, nogales y olmos y otros muchos árboles,
y el cuerpo de la Iglesia de partes de fuera es todo imaginada de imágenes
y figuras de muchas maneras de obra rica de oro y de azul, y de otras muchas
colores. Y luego a la entrada del cuerpo de la Iglesia a la mano izquierda
estaban muchas imágenes figuradas, entre las cuales está
una imagen de Santa María, y a par de ella de la una parte está
una imagen de Emperador, y a la otra parte una imagen de Emperatriz, y
a los pies de la imagen de Santa María están figurados treinta
castillos y ciudades, y escritos los nombres de cada uno de ellos en Griego.
Y estas dichas ciudades y castillos dijeron que solían ser del señorío
de aquella Iglesia, y que se las hubiera dado un Emperador que la dotó
que tuviera nombre Romano, que allí yace enterrado.
Ruy González de Clavijo: Embajada a
Tamerlán (ed. Gonzalo Argote de Molina). Madrid: Miraguano Eds.,
1984, pp. 57-58.
Cuando nosotros, los de nación francesa,
queremos entrar en la basílica del Apóstol, lo hacemos por
la puerta septentrional. Delante de esta entrada, junto al camino, se halla
el hospítal de peregrinos pobres de Santiago, y a continuación,
al otro lado de la calle, hay un atrio del que se baja por nueve peldaños.
Al concluir la escalera de este atrio, hay una admirable fuente que no
tiene pareja en todo el inundo. Se asienta esta fuente sobre tres escalones
de piedra, que sostienen una hermosísima taza de piedra de forma
circular, y cóncava, a manera de cubeta o cuenco, de tal tamaño
que
yo calculo que pueden bañarse cómodamente en ella quince
personas. En su centro reposa una columna de bronce, de fuerte base heptagonal
y de una altura proporcionada. De su re-mate salen cuatro leones, que echan
por la boca cuatro chorros de agua, para refrigerio de los peregrinos y
de los habitantes de la ciudad. Los chorros que salen de las fauces de
los leones caen a la taza, que desagua en forma subterránea por
un orificio perforado en ella. Y así ni se ve de dónde viene
el agua ni adónde va. Es un agua dulce, nutritiva, sana, clara,
magnífica, templada en invierno y fresca en verano. En la columna
de bronce, bajo las garras de los leones, está grabado todo alrededor,
en dos líneas, este texto: "Yo Bernardo, tesorero de santiago, hice
esta conduccion de aqua y ejecute la pre-sente obra para remedio de ml
alma y de las de mis padres, el día tercero de los idus de abril
de la era MCLX".
Guía del peregrino medieval (Codex Calixtinus)
(ed. Millán Bravo Lozano). Sahagún: Centro Estudios Camino
de Santiago, 1989, pp. 71-72.
Bolonia según un viajero español: Pero Tafur en Italia Partí de Florençia é
fuí por las Alpes de Pystoya por muchos é buenos lugares
fasta llegar a Boloña, do fallé al papa Eugenio [...]. Esta
çibdat se encuentra en la Lombardía, é es çibdat
muy gruessa, ansí de pueblos como de mantenimientos, é por
esto le llaman Boloña la gruessa; es muy bien encasada, é
muy gentiles calles, muy buenos mesones, muy buenas yglesias e mo-nesterios,
entre los quales está el monesterio de Santo Domingo Predicador,
é su cuerpo del mesmo enterrado. [...] Yo vi su capilla é
sepoltura muy bien labrada, que de ántes deviera estar pobremente,
é todo entorno escurpidas é pintadas las armas de Guzman,
ansi que esto mandó fazer el buen cavallero Don Luys de Guzman,
maestre de Calatrava. Por medio de esta çibdat pasa una rivera pequeña,
la cual la ennoblesçe mucho; ay en ella cient paradas de molinos;
unos muelen trigo, otros espeçias, otros alimpian armas, otros fazen
papel, otros sierran madera, otros filan seda, é ansi de diversas
maneras se sirven de aquella agua. Al un canto de la çibdat está
un castillo, el muro del qual es fecho de céspedes, muy fuerte contra
tiro de bombarda. En esta çibdat son uno de los mejores estudios
del mundo todo, é de todas çiençias, é ansi
continuamente de todas naçiones é de grandes hombres se fallan
en estos estudios. Esta cibdat es del Pa-trimonio de la Yglesia. Aquí
fize vender mis cavallos é metíme en una barca yo é
los mios, é partí para Ferrara todavía por aquella
rivera que dixe que pasa por Boloña; é es tan angosta, que
non cabe más de una barca, é si otra le viene en contra,
es forçado de sacar la una en tierra. Esta agua se yela cada noche
de muy gruesso yelo, éacostumbran los de las aldeas tener barcas
la carena ferrada de cravos agudos, e ellos con palancas ferradas agudas,
de media noche abaxo, andan por la rivera quebrando los yelos, por fazer
camino a los que pasan; é salen los niños cantando, diziendo:
buena chaza, que quiere dezir: buena elada.
Pero Tafur: Andanzas y viajes de un hidalgo español (ed. Marcos Jiménez de la Espada). Madrid: Miraguano/ Polifemo, 1995, pp. 23-24.
Rögnvaldr Kali Kolsson, conde de las Orcadas, y noruego, dirigió un viaje de peregrinación a Tierra Santa entre los años de 1151-2. Rodeando España, aquí recogemos su paso por Galicia. "Siguieron navegando hasta que llegaron a Galicia [Jacobsland], poco antes de Iol [Navidad de 1151], y se dispusieron a celebrar allí las fiestas de Iol. Pidieron a la gente de la región que levantaran un mercado para comprar comida; pero estas tierras no son muy ricas, y sus habitantes apenas pudieron encontrar alimentos para todos los hombres. Allí supieron que había llegado al país un caballero de origen extranjero que se había apoderado de un castillo cercano y estaba aprovechándose de los campesinos de la región. SI se negaban a darle algo de lo que les pedía, los castigaba con sus soldados; y los trataba con crueldad y tiranía. Cuando el conde quiso comprar comida a los campesinos, éstos le dijeron que si conseguía expulsar del castillo a los invasores organizarían un mercado que duraría hasta Cuaresma; el conde Röngvaldr dirigiría el ataque, pero todo el dinero que consiguieran se lo devolvería a ellos. El conde expuso a sus hombres el trato, y les dijo que se pronunciaran acerca de lo que convenía hacer. Casi todos eran partidarios de enfrentarse a los ocupantes del castillo, pensando que allí conseguirían un magnífico botín, y el conde Röngvaldr y los suyos aceptaron el pacto con los campesinos. Poco antes del inicio de las fiestas de Iol el conde convocó a sus hombres y les dijo así:' Llevamos aquí varios días y aún no hemos hecho nada respecto al castillo; los campesinos ya no quieren comerciar con nosotros; me da la impresión de que empiezan a creer que no vamos a cumplir lo que les prometimos. Quisieran, amigo Erlingr, consultar contigo sobre la forma más conveniente de tomar ese castillo, pues me consta que eres el mejor estratega de todos nosotros. Y pido a todos los que aquí estáis que colaboréis con nosotros en todo lo que podáis'. Erlingr respondió así a las palabras del conde: ' No me quedaré callado ante vuestra petición, pero no soy tan buen estratega. Creo que hay entre nosotros gente mucho más capaz y experimentada, como Eindridi el Joven. Pero como se suele decir, no se caza un pájaro sin antes disparar un tiro. Permitidme que os dé un consejo, y ya veremos lo que sucede. Si a todos os parece bien, hoy iremos al bosque y llevaremos alrededor del castillo tantos troncos de leña como podamos, pues tengo la impresión de que la argamasa de que está construido no resistirá el fuego. Lo prepararemos todos en tres días, y luego ya veremos qué es lo que sucede' Siguieron el consejo de Erlingr. Pero cuando terminaron los preparativos ya eran las fiestas de Iol. El obispo no les dejaría lanzar un ataque hasta que pasaran las fiestas. El caballero que había ocupado el castillo se llamaba Gudifreyr; era un hombre asttuto pero bastante entrado en años; era muy culto y había viajado mucho, y además hablaba varios idiomas; pero era muy codicioso e injusto. Cuando descubrió el plan convocó a sus hombres y les dijo: 'Esta artimaña de los noruegos me parece muy peligrosa para nosotros..." [ Al final acuerdan que el tratará de entrevistarse con alguno de los cabecillas noruegos para llegar a un pacto secreto, comunicándose en francés, ...] [Luego, una vez tromado el castillo sin conseguir gran botín, seguirían vía la costa portuguesa enfrentándose a los infieles y pasando el Estreecho...] Saga de las Islas Orcadas (ed. Javier E. Díaz Vera). Madrid: Minotauro, pp. 193-194. Los Vikingos paganos habían asaltado con anterioridad las costas de Galicia, sobre todo en el siglo IX, provocando un clima de terror (844, 859-62, 966-971, Santiago en 970... destrucción de Tuy en 1008,... la última en 1035). Poco después noruegos y daneses se convertirían al cristianismo y como tales atenderían a la llamada de las cruzadas. Flotas de estas procedencias se encuentran en las campañas peninsulares de 1147 Y 1187, en el marco de la segunda y tercera cruzada. Este texto es de un viaje de peregrinación algo posterior. Más tarde, se volverían a ver las velas nórdicas durante la cruzada de 1217, en torno a Lisboa y Silves. El último gran contacto entre noruega y Castilla-León se produciría durante el reinado de Alfonso X (1252-1284), cuando uno de sus hermanos desposó a un princesa de allá estableciéndose un tratado de amistad (con la consiguiente llegada de más viajeros). Vuelta al principio |
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