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Gijón, 13 de julio de 2023

"Para que el patrimonio arqueológico pueda ser estudiado y valorado es necesario conservarlo"

Beatriz García Alonso, doctora en Prehistoria por la UNED y conservadora-restauradora del Museo Arqueológico de Asturias, ha impartido la ponencia inaugural del curso de verano "150 años de investigaciones prehistóricas en el valle del Sella, Asturias (3ª edición)"
Juan Carlos Menéndez Mato, Jesús Jordá, María José Bode y Pablo León Gasalla.

Beatriz García Alonso

Cuando comenzó a estudiar la Licenciatura en Bellas Artes, Beatriz García Alonso quería ser escultora. Tenía cualidades para ello y no sabía que existiera el Grado en Conservación y Restauración de Bienes Culturales, "una carrera de la que entonces nadie hablaba", recuerda. Pero, al ver que estos estudios se impartían en el mismo edificio que Bellas Artes, decidió matricularse y compaginar las dos titulaciones. Así pudo ir preparándose para la profesión que más le atraía, y que ejerce desde hace catorce años, como conservadora-restauradora del Museo Arqueológico de Asturias. Si la licenciatura y el grado los cursó en la Universidad de Vigo, su tesis doctoral la desarrolló y la defendió en la UNED, bajo la dirección de Mario Menéndez, catedrático de Prehistoria. En esta edición de los cursos de verano, García Alonso ha sido la encargada de impartir la ponencia de apertura de la actividad "150 años de investigaciones prehistóricas en el valle del Sella, Asturias (3ª edición)", que se celebra en el Centro de Arte Rupestre de Tito Bustillo, con el patrocinio del Ayuntamiento de Ribadesella y la colaboración de la Consejería de Cultura, Política Llingüística y Turismo del Principado de Asturias. El tema ha sido "Restauración y conservación de materiales arqueológicos de la Prehistoria asturiana".

¿Qué destacaría sobre la restauración y la conservación de los materiales arqueológicos de la prehistoria de Asturias?

Destacaría que en su mayoría son materiales fósiles, óseos o líticos, de conservación sencilla, si se atiende a unas condiciones lumínicas y climáticas correctas. Que en general conservan adecuadamente las huellas de fabricación y uso, salvo excepciones, y, sobre todo en lo que respecta al arte mueble, que cumple un doble objetivo, que es servir como documento histórico y artístico.

¿Cómo han influido en los procesos las innovaciones técnicas producidas en los últimos años? ¿Destacaría alguna en concreto?

Destacaría dos. Por una parte las innovaciones en la aplicación de técnicas analíticas, gracias a las cuales hoy es posible obtener mejor información a partir de muestras más pequeñas o incluso sin necesidad de muestrear. Por otra parte, destacaría la aplicación de innovadoras técnicas de escaneo 3D. Facilitan la labor de investigadores y técnicos del museo, agilizan los procesos de difusión y la inmediatez y democratización del conocimiento.

¿Qué se tiene en cuenta para valorar si un material debe ser restaurado o no?

Primeramente el grado de riesgo de la pieza. Las labores que se realizan en restauración arqueológica van siempre encaminadas a estabilizar la pieza y minimizar el riesgo en primera instancia. Después, a permitir su estudio, realizando actuaciones de conservación preventiva a largo plazo. Y, por último, se intenta favorecer la lectura de las piezas de cara a su difusión.

¿Y cuáles son las claves de una restauración adecuada?

Mínima intervención, máximo respeto al original y reversibilidad en los tratamientos.

Aunque en su caso trabaja concretamente con los materiales, estos no dejan de estar vinculados a las cuevas, cuya conservación también es fundamental.

Efectivamente muchos de los materiales prehistóricos proceden de cavidades asturianas. La Ley las protege contra el vandalismo y muchas de ellas son Patrimonio Mundial, por lo que gozan de mayor reconocimiento y protección. La conservación de las cuevas que tienen arte rupestre es una prioridad, para favorecer que manifestaciones gráficas únicas prevalezcan para el futuro. Para que el patrimonio arqueológico pueda ser estudiado y valorado es necesario conservarlo.

Si tuviera que elegir las tres “joyas de la corona” del Museo Arqueológico de Asturias, centrándonos en el Paleolítico, ¿cuáles elegiría?

No puedo ser objetiva en esto. También estudié Bellas Artes y las manifestaciones artísticas en cualquier época son mi debilidad, máxime si hablamos de manifestaciones tan antiguas. Para mí, la capacidad de realizar una pequeña escultura en bulto redondo con tanta precisión, simplicidad y belleza como los colgantes de la cabecita de cabra de Tito Bustillo, la figura en forma de ave de la cueva de El Buxu, o la venus de la Cueva de Las Caldas, requieren no solo una perfecta coordinación motriz, sino también una visión espacial perfecta, capacidad de pensamiento abstracto y planificación en las tareas, para llevar a cabo un resultado que está solo en su imaginario. Son las mismas cualidades que tiene cualquier escultor hoy en día.
No obstante, reconozco que la realización de cualquiera de los motivos gráficos grabados o pintados sobre hueso o material lítico supera con mucho las expectativas de lo que creemos que se puede llegar a realizar con útiles tan sencillos.

Teniendo en cuenta que la mayor parte de los materiales arqueológicos de la prehistoria de Asturias se conservan en la región, ¿podemos considerarnos afortunados en este aspecto?

Desde luego, tenemos una colección excepcional de piezas. La prehistoria asturiana es un referente a nivel de investigación y en otro orden de términos también es un enorme atractivo cultural, con gran potencial. Creo que debe ser un estandarte que nos defina a nivel cultural.

¿Cuándo decidió que quería dedicarse a la restauración arqueológica?

Desde el mismo momento en que me enteré que existían estos estudios. Podía haber elegido una especialidad más afín a mi formación en Bellas Artes, pero me atrajo profundamente la arqueología.

¿Qué es lo que más le atrae de su trabajo?

La variedad, y que sigo aprendiendo a diario. No podría vivir sin aprender y la restauración arqueológica (supongo que en todas las disciplinas pasa lo mismo), te hace enfrentarte a una gran variedad de materiales. Por otra parte, esta disciplina se alimenta de muchas otras, como la tafonomía, la arqueología, la química, la biología… Es necesario saber un poquito de todas ellas para realizar bien tu trabajo y eso es precisamente lo que me motiva.

 

Programa completo: https://extension.uned.es/actividad/idactividad/30265

UNED Asturias. Gijón