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Gijón, 24 de noviembre de 2022

El aprendizaje cooperativo, una herramienta para “resolver conflictos” y “trabajar con objetivos comunes”

Gerardo Fernández, Laura González y Diana Díaz, especialistas en nuevas metodologías educativas, han intervenido en un curso de UNED Asturias sobre la mejora de la convivencia en las aulas
Gerardo Fernández, Diana Díaz y Laura González.
Gerardo Fernández, Diana Díaz y Laura González.

Un curso de Extensión Universitaria de UNED Asturias ha abordado el aprendizaje cooperativo en el aula como una metodología que permite obtener buenos resultados a nivel académico y también a nivel personal y social, ya que, a medio plazo, repercute en la sociedad a distintos niveles. Sobre la importancia de esta herramienta educativa y la forma de implementarla se ha profundizado esta semana en el curso “El aprendizaje cooperativo como herramienta para la mejora de la convivencia en los centros educativos”. Tres de los ponentes de esta actividad formativa nos han dado su visión al respecto desde su experiencia docente. Se trata de Gerardo Fernández, doctor en Ciencias de la Educación y licenciado en Psicología Clínica, que ha sido profesor-tutor de UNED Asturias e inspector de Educación del Principado de Asturias hasta su jubilación; Laura González García, licenciada en Psicología y vicepresidenta de la Asociación de Aprendizaje Cooperativo (ECO Asturias); y Diana Díaz González, doctora en Musicología, con diploma en Magisterio Musical, que ejerce como profesora en la Universidad de Oviedo y es la presidenta de ECO Asturias.

¿Cuáles han sido las ideas fundamentales de sus ponencias?

Gerardo Fernández: En mi ponencia hemos visto cómo intervenir sobre las conductas disruptivas que tienen los alumnos en las clases o en el centro, teniendo en cuenta distintas técnicas que la psicología puede aportarles. Se trata de ayudar a superar esas situaciones y mejorar el clima de convivencia en las relaciones interpersonales que mantienen con el alumnado.

Laura González: Mi ponencia trató de la búsqueda y el cambio del paradigma tradicional educativo, individual y competitivo, arraigado en nuestro sistema de enseñanza durante siglos, por medio de otra metodología: el aprendizaje cooperativo.

Diana Díaz: En mi caso, he querido mostrar las ventajas del trabajo por equipos de alumnado, acercando al profesorado cómo implementar de manera exitosa y estructurada la metodología del aprendizaje cooperativo.

¿Hasta qué punto es importante trabajar el aprendizaje cooperativo para la solución de conflictos?

G. F.: Porque favorece las relaciones interpersonales de los alumnos, de manera que estos consiguen mejorar sus habilidades de comunicación al relacionarse entre sí y también con el profesorado. Esto resulta clave para aprender a resolver los conflictos a través del diálogo, favoreciendo una educación en valores de responsabilidad, solidaridad y cooperación mutua.

D. D.: El aprendizaje cooperativo es una metodología activa que favorece la interrelación entre el alumnado diverso, por equipos heterogéneos de trabajo. Permite valorar positivamente la diferencia, mientras los alumnos y alumnas se apoyan unos/as a otros/as, y mejora el clima de aula. Además, el alumnado se siente más seguro en el seno del equipo base de trabajo.

¿Han conocido de cerca ejemplos de casos en que su implementación haya resultado eficaz?

D. D.: Sí, inclusive en la enseñanza superior, el aprendizaje cooperativo permite al alumnado valorar sus fortalezas y debilidades. No solo valora los beneficios de la metodología para su desarrollo personal, que también, sino para el desarrollo de otros integrantes de su equipo, trabajando con objetivos comunes.

G. F.: De hecho, ha habido diversos estudios que confirmaron la eficacia del aprendizaje cooperativo para mejorar esas relaciones interpersonales del alumnado y al mismo tiempo lograr que mejorase la convivencia, tanto en los centros como en las aulas. Así lo demuestran en sus publicaciones autores como Anna La Prova o Francisco Zariquiey.

¿Ha habido ya avances en ese sentido, o la metodología todavía está muy poco implementada en las aulas?

G. F.: La metodología tuvo cierta repercusión en España hace algunas décadas, pero considero que no se ha dado la formación necesaria al profesorado para hacerla efectiva en sus clases.

L. G.: Durante estos cursos de pandemia se retrocedió considerablemente, se perdieron muchas iniciativas que se estaban realizando en los centros educativos. Durante este curso, comenzamos a tener una “normalidad” que permite volver a plantear el aprendizaje cooperativo y, por otra parte, la nueva ley de educación lo pone como prioritario para que el alumnado desarrolle y alcance las competencias clave

D. D.: El problema es que se mantienen mitos negativos alrededor de la metodología, como que lleva mucho tiempo del que no se dispone en el aula para su implementación. Y la cuestión es que el tiempo que hay que invertir en enseñar al alumnado a trabajar cooperativamente es luego tiempo invertido, que se gana, en tanto el alumnado adquiere mayor autonomía de aprendizaje.

En el curso también ha estado presente la idea del aprendizaje cooperativo como herramienta que trascenderá al trabajo en el aula, cuando el estudiantado se integre en otros contextos sociales y en el ámbito laboral, ¿verdad?

L. G.: Es que el trabajo cooperativo es capaz de proporcionar al alumnado las herramientas necesarias para desarrollar y alcanzar las competencias necesarias para vivir en el siglo XXI, desarrollando una formación integral que les capacite para incorporarse progresivamente al mundo laboral y social.

G. F. Por eso el aprendizaje cooperativo nació en EEUU, en los años setenta del pasado siglo, al surgir en la escuela la necesidad de responder a una pregunta de socialización y de educación para una convivencia civilizada, ya que esos modelos de relaciones después se trasladarán a otros contextos sociales.

¿Cómo se enriqueció el curso al tener como alumnos a profesores en activo?

D. D. Ha sido fundamental porque la puesta en común de ideas enriquece al grupo. No en vano, como mejor se aprende es con los demás. “Como mejor se aprende es enseñando", y para ello, es importante la participación de todos y de todas en sesiones como las que se han celebrado en el curso. Compartir las inquietudes y experiencia del profesorado en activo es fundamental para los conferenciantes.

G. F.: Sin duda, es enriquecedor para todos contar con las opiniones y experiencias del profesorado en activo, pues no debemos olvidar que son la pieza clave y esencial si queremos transformar y mejorar la educación. Los únicos que pueden realizar estos cambios educativos, son los profesores que están trabajando día a día en las aulas con sus alumnos, por eso es esencial darles una buena concienciación y formación, sobre los temas que la actual ley de educación pretende hacer realidad.

UNED Asturias. Gijón