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Gijón, 18 de julio de 2022

Visitar cuevas con arte rupestre: “Una experiencia extraordinaria”

El programa del curso de verano de la UNED sobre investigaciones prehistóricas en el valle del Sella ha incluido las visitas guiadas a las cuevas de Tito Bustillo y Les Pedroses
Visita a la cueva de Les Pedroses, guiada por Alberto Martínez Villa.

Visita a la cueva de Les Pedroses, guiada por Alberto Martínez Villa.

Uno de los momentos más esperados del curso de verano de UNED Asturias “150 años de investigaciones prehistóricas en el valle del Sella, Asturias (2.ª edición)” ha sido la visita a dos cuevas con arte rupestre: la emblemática Tito Bustillo (Ardines), y la no tan conocida, pero ciertamente valiosa, como han podido comprobar los alumnos, de Les Pedroses (El Carmen). El director del curso, Jesús F. Jordá Pardo, ha subrayado el atractivo que tiene visitar las manifestaciones artísticas de estas cuevas, donde sucedieron “más de 40.000 años de Historia de la Humanidad”. Jesús Jordá considera que la sociedad tiene todo el derecho de conocer su patrimonio artístico prehistórico, que no puede ser “secuestrado” por los científicos. Pero, en los casos en que corra peligro, es preciso recurrir a réplicas de las cuevas para suplir las visitas a las cuevas reales, o a determinados espacios de las mismas que puedan verse perjudicados con las visitas (ejemplos cercanos de reproducciones son las del Centro de Arte Rupestre de Tito Bustillo, el Parque de la Prehistoria de Teverga o el Centro de Interpretación de la Caverna de Candamo). Por ejemplo, el Camarín de las Vulvas de Tito Bustillo solo puede contemplarse mediante una réplica, expuesta precisamente en el Centro de Arte Rupestre. “Es la forma de que ese arte prehistórico que lleva en las paredes de las cuevas 20.000 años dure 20.000 años más”, asegura el profesor y arqueólogo Jordá, que este año iniciará una nueva excavación en la cueva de El Cierro (Fresnu, Ribadesella).

Cuando Jesús Jordá visita cuevas con arte rupestre, siente “una gran emoción, porque hace 20.000 o hace 38.000 años en el caso de la francesa Chauvet –la cueva de arte rupestre más antigua de Europa– había personas capaces de hacer ese arte, no sé si con una intención estética o de otro tipo, pero yo percibo una capacidad creativa de reproducir las escenas de la naturaleza igual de grande que la que tenemos ahora o la que han tenido nuestros antepasados en los grandes periodos artísticos de los últimos siglos”.  

Dos miradas a Tito Bustillo y a Les Pedroses

María Noval, frente a la réplica del Camarín de las Vulvas, en el Centro de Arte Rupestre de Tito Bustillo.

María Noval, frente a la réplica del Camarín de las Vulvas, en el Centro de Arte

Rupestre de Tito Bustillo.

Para algunos de los alumnos del curso, esta ha sido su primera visita a Tito Bustillo y a Les Pedroses. No era este el caso de María Noval y de José Ramón López, que ya habían entrado en otras ocasiones, aunque ambos han vivido la visita desde nuevas perspectivas. María Noval, asturiana, es licenciada en Historia y arqueóloga profesional. De hecho, descubrió Tempranas, una de las últimas cuevas con arte del oriente de Asturias y la primera con huellas de pies humanos en un suelo de arcilla (cerca de Posada, en Llanes). Para María, “entrar a una cueva es siempre una experiencia extraordinaria, una maravilla, algo que me transporta a otro tiempo y me hace emocionarme profundamente”. En la visita a Les Pedroses, le ha encantado la explicación del trabajo en el yacimiento –la visita la ha guiado Alberto Martínez Villa, director de la excavación– y ha vuelto a detenerse en las figuras incompletas, inacabadas (un uro, cérvidos...), llenas de misterio.

Por su parte, en la visita a Tito Bustillo ha supuesto toda una vivencia encontrarse “con ese primer caballo, que a mí ya me pone un nudo en la garganta, y recorrer la cueva, ver lo que van dejando, pensar en qué podían sentir sus habitantes y qué les impulsaba a hacer sus pinturas... Te metes en ese mundo y te contagia”. 

José Ramón López, frente una réplica de la cueva de Tito en el Centro de Arte Rupestre

José Ramón López, frente una réplica de la cueva de Tito Bustillo en el Centro

de Arte Rupestre. 

En cuanto a José Ramón, ha venido al curso desde Valladolid, y es alumno del Grado en Geografía e Historia de la UNED. Desde que empezó los estudios, contempla los paneles de las cuevas de una forma distinta. “En el grado te enseñan a distinguir las etapas del arte prehistórico, del arte mueble, del arte rupestre, las clasificaciones por épocas, sistemas, dataciones, y eso te hace ver las cosas de otro modo”. De Les Pedroses destaca las ciervas acéfalas, y el yacimiento de conchas marinas traídas por los propios habitantes de la cueva. En lo que se refiere a Tito Bustillo, confiesa que hasta esta ocasión no había podido comprobar “lo grandísima que es, la magnificencia de las pinturas, y lo bien estructurada que está para la visita”. “Por supuesto, lo principal es el panel con pinturas de caballos, de ciervos, bisontes, incluso un uro, cosa insólita en estas latitudes, también los pigmentos de color morado, que no son normales en toda la cornisa cantábrica”. Pero también le han impresionado “el aspecto kárstico, y la cantidad de espeleotemas y figuras que forman las estalactitas o las estalagmitas”. 

La investigación actual en Tito Bustillo

Las investigaciones de la cueva de Tito Bustillo están precisamente dirigidas hoy en día por el coordinador de este curso de verano, Esteban Álvarez Fernández, profesor de la Universidad de Salamanca, porque todavía quedan muchos aspectos que investigar. Por ejemplo, en la campaña de este año, centrada en el Área de Estancia de la cueva (es decir, la antigua entrada, que quedó inutilizada por un antiguo desprendimiento), los investigadores han profundizado los niveles que había excavado Alfonso Moure por última vez hace 36 años. Así, el equipo científico ha hecho un sondeo de aproximadamente 2x2 metros, con el objetivo de documentar ocupaciones más antiguas, anteriores al magdaleniense inferior.

Esteban Álvarez explica que “dado que en la cueva se han documentado ocupaciones que datan al menos de comienzos del paleolítico superior, y diversas representaciones de arte parietal pintadas y grabadas, también de comienzos del paleolítico superior, lo que suponemos es que en el Área de Estancia hay ocupaciones al menos de esos momentos, y posiblemente anteriores”. Junto a Álvarez Fernández, participan en el proyecto Jesús Tapia, de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, y Marián Cueto, de la Universidad de Barcelona.

Difusión del conocimiento de la prehistoria

La labor científica que persigue seguir investigando la prehistoria del valle del Sella va siempre acompañada del interés por parte de la sociedad, como se demuestra en la acogida de las iniciativas de divulgación que se realizan. De ahí el compromiso de UNED Asturias con actividades formativas como esta, que ha contado con el patrocinio del Ayuntamiento de Ribadesella y la colaboración del Centro de Arte Rupestre de Tito Bustillo y la Consejería de Cultura, Política Llingüística y Turismo del Principado de Asturias.
El trabajo continúa, y es un trabajo que nos concierne a todos: cada vez que se ahonda en la prehistoria y en sus interrogantes -incluso aunque algunas no vayan a poder resolverse nunca del todo-, se está iluminando también nuestro presente.  

Participantes en el curso de verano. En el centro de la imagen, agachado, el director de la actividad, Jesús F. Jordá (con sombrero), y a su derecha, el coordinador, Esteban Álvarez

Participantes en el curso de verano. En el centro de la imagen, agachado, el director de la actividad, Jesús F. Jordá (con sombrero), y a su derecha, el coordinador, Esteban Álvarez.

Más información: https://extension.uned.es/actividad/idactividad/26734

UNED Asturias. Gijón