UNED Asturias ha inaugurado el curso “Historia y biografía: vida y vidas históricas”, dirigido por Josefina Martínez, profesora titular de Historia Contemporánea de la UNED, y que tiene como ponentes a Manuel Álvarez García y Luis Arias, docentes e investigadores que cuentan entre sus trabajos con distintas biografías: el primero, del histórico sindicalista Manuel Llaneza, y el segundo, del filósofo George Santayana o de un protagonista de la guerra civil española, Gonzalo de Aguilera Munro.
Esta actividad de Extensión Universitaria nace de la convicción de que el individuo es el sujeto último de la Historia, y que el objetivo de los biógrafos debe ser, como quería Carlos Seco Serrano, esforzarse en buscar “sus razones”. Centrado en España y en la época contemporánea, el programa aborda una síntesis de las principales corrientes biográficas en la historiografía, la evolución y las aportaciones. Además, se analiza su compleja variedad tipológica, así como las claves para afrontar una investigación biográfica desde sus planteamientos iniciales. Finalmente, los ponentes presentarán, desde su propia experiencia como biógrafos, los casos de Llaneza y de Aguilera Munro.
Para Luis Arias, doctor en Historia, profesor jubilado de Enseñanza Medias y anterior profesor-tutor de la UNED, la clave de una buena biografía, “aunque parezca pretencioso, es el biógrafo, pues es el que tiene que hacer que las vidas se incardinen en la propia historia”. El profesor concuerda con Julio Caro Baroja en que “en las vidas anónimas hay más historia que en los grandes libros de historia”. De hecho, las personas anónimas “tienen tanto interés o más que los que llamamos grandes protagonistas de la historia”, afirma Arias.
En este mismo sentido, Manuel Álvarez García, profesor-tutor de la UNED y profesor del IES Doña Jimena de Gijón, indica que “hay mucha gente apartada de la historia, historias mínimas, que son realmente interesantes”, y señala que la aportación más original de una biografía estaría “en los datos”. Para Álvarez García, “no se puede enmarcar una biografía sin el contexto histórico. El personaje y el contexto crecen a la vez, como una buena levadura en el pan”.
En lo que se refiere a los ejemplos que se abordarán en el curso, Luis Arias explica que Gonzalo de Aguilera Munro “tiene un carácter paradigmático, y que además se presta a la polémica. De hecho, es la figura con la que Paul Preston abre uno de sus últimos libros, El holocausto español”. El profesor Arias trata de alejarse del estereotipo que se ha creado en torno al personaje para ver “toda su complejidad y su enorme contradicción vital, que al fin y al cabo es la que aparece en todas las vidas, porque las personas no somos blanco o negro, sino infinitas gamas de grises”.
Por su parte, al adentrarse en la figura de Manuel Llaneza, Manuel Álvarez García ha aclarado algunas cuestiones que se daban por sentado, pero no eran reales. Por ejemplo, ha demostrado que el modelo societario que Llaneza trató de instaurar en Asturias “no lo descubrió en Francia, sino que ya lo conocía por la empresa en la que trabajó en su juventud en Barruelo de Santuñán, en la montaña palentina, adonde su familia emigró desde Langreo siendo Manuel un niño”.
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UNED Asturias. Gijón