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Gijón, 4 de abril de 2022

“La coexistencia relativamente pacífica entre arrianos y católicos en el reino visigodo fue modélica”

• El profesor Raúl González Salinero dirige el curso de UNED Asturias “Los orígenes del cristianismo en Hispania”, que se desarrollará los días 26 y 27 de abril
• El investigador señala que “no hay base científica alguna” para identificar los restos venerados en la Catedral de Santiago de Compostela con los del apóstol
El profesor Raúl González Salinero, en el King's College de Cambridge.

El profesor Raúl González Salinero, en el King's College de Cambridge.

El curso de Extensión Universitaria “Los orígenes del cristianismo en Hispania”, programado por UNED Asturias para los días 26 y 27 de abril (en modalidades presencial y online) ofrecerá una visión académica de los orígenes y el desarrollo del cristianismo en la Hispania antigua. A lo largo del programa, se analizarán las fuentes históricas “despojándolas de cualquier intento de manipulación histórica”, como indica el director de esta actividad formativa, Raúl González Salinero. Profesor titular de Historia Antigua de la UNED, González Salinero es autor de monografías como El antijudaísmo cristiano occidental (siglos IV y V), Las conversiones forzosas de los judíos en el reino visigodo o Biblia y polémica antijudía en Jerónimo, entre otras.

El primer acercamiento de González Salinero a la lengua latina y a la Historia, en el Bachillerato, despertó en él “un gran interés por el mundo antiguo”, y le llevó a comprender que “nuestra cultura occidental no puede entenderse sin el inmenso legado que, aun a través del eventual tamiz cristiano, hemos recibido del mundo clásico”. En concreto, su labor investigadora se ha centrado en los conflictos ideológicos, sociales y religiosos. “Es una problemática ―afirma el estudioso― que desgraciadamente nunca ha dejado de estar de actualidad y cuyas raíces más profundas se encuentran en el mundo antiguo”.

¿Qué sabemos con certeza sobre la llegada del cristianismo a Hispania?

El primer testimonio fiable acerca de la existencia de comunidades cristianas en Hispania se remonta a mediados del siglo III: se trata de una carta (la 67) que Cipriano, obispo de Cartago, envió a los fieles de las iglesias de León, Astorga y Mérida.

¿Cuáles son los vestigios materiales más antiguos del cristianismo en nuestro país? ¿Y en Asturias?

Los restos materiales cristianos más antiguos conocidos en Hispania son los sarcófagos (algo más de una treintena), cuya datación, en ningún caso, es anterior al siglo IV. Las primeras basílicas paleocristianas en Hispania corresponden ya a la segunda mitad del siglo IV.

Como sucedió antes con los cultos orientales (como el de Mitra), el ejército se convirtió en el agente principal de difusión del cristianismo en el territorio del actual Principado de Asturias, favoreciendo así la transmisión de la lengua latina y, por tanto, del proceso tardío de romanización de la población astur. Aun sin olvidar la pervivencia de la ancestral religiosidad indígena ―que en ocasiones propició cierto sincretismo―, los primeros síntomas del arraigo de la religión cristiana aparecen en el oriente asturiano. Disponemos de cuatro inscripciones sepulcrales cristianas (de Magnentia, Noreno, Dovidena y Superia) que cabría situar grosso modo en el siglo IV.

¿Cómo fue la relación con la comunidad judía en ese periodo inicial?

Gracias a las fuentes cristianas conservadas, podemos detectar la reacción ―ciertamente adversa― de la jerarquía eclesiástica ante la pacífica convivencia religiosa entre las comunidades cristiana y judía a lo largo del siglo IV. De hecho, los obispos trataron de separar a los cristianos del peligro de “contaminación judaica”, pues tanto las vistosas ceremonias religiosas que tenían lugar en las sinagogas, como la autoridad escrituraria reconocida a los maestros judíos de la Ley, ejercían una enorme atracción entre los fieles cristianos que, a ojos de la Iglesia, perjudicaba la propia autoridad de sus ministros.

¿Llegó san Pablo a realizar el viaje a España que, según indica en una de sus cartas, tenía en mente?

A pesar de que Pablo de Tarso anunció en su Epístola a los Romanos (15, 24) su intención de viajar a Hispania para predicar el evangelio, no existe prueba alguna de que llegase a realizar ese viaje.

Y en cuanto a otro apóstol, Santiago el de Zebedeo, o el Mayor, ¿sus restos pueden ser realmente los que se custodian en la Catedral de Santiago de Compostela?

La supuesta llegada de los restos de Santiago el Mayor a Galicia se basa en una leyenda (la Pseudo-Epístola del papa León) surgida a finales del siglo X. En ella se afirmaba que, tras la ejecución de Santiago en Jerusalén por orden del rey Herodes Agripa (Hch 12, 1ss.), su cuerpo fue trasladado en una barca de piedra al extremo Occidente por siete de sus discípulos. Tras llegar a la desembocadura del Ulla y el Sar, donde el cadáver fue arrebatado por un rayo de sol, apareció milagrosamente sepultado a doce millas hacia el interior, en un lugar “bajo arcos de mármol” (arcis marmoreis). Los enterramientos descubiertos en la necrópolis excavada en el interior de la catedral compostelana corresponden a los siglos V-VII. Por tanto, no hay base científica alguna que permita identificar los restos mortales venerados en dicha catedral con los de Santiago el Mayor.

¿En qué momento se convierte el cristianismo en la religión mayoritaria de la península ibérica?

No lo sabemos con certeza, pero en ningún caso antes de bien avanzado el siglo V.

El cristianismo hispano, ya en sus primeros siglos, dio nombres relevantes, como el de Osio de Córdoba (256-357), consejero de Constantino el Grande y figura clave en el Concilio de Nicea, ¿verdad?

En efecto, contamos con la importante figura de Osio de Córdoba, pero no podemos olvidar otras figuras hispanas de enorme importancia como el obispo romano Dámaso (366-384) o el emperador Teodosio I, cuya familia, de origen cristiano, procedía de Hispania. Prudencio, el mayor poeta de la Antigüedad cristiana, era oriundo de Calagurris (Calahorra).

¿Y qué sabemos con certeza de Prisciliano, ya del siglo IV?

El diácono Prisciliano ―que llegaría a ser obispo de Ávila― fue un férreo defensor de la corriente rigorista de carácter fuertemente ascético presente en el cristianismo hispano al menos desde mediados del siglo IV. Acusado de hereje por estar influido por la magia y las ideas maniqueas, fue juzgado en Burdeos y ejecutado en Tréveris en el año 385. Fue el primer caso en la historia de la Iglesia de una sentencia a muerte por motivos doctrinales aplicada por la autoridad civil.

Con la llegada de los visigodos, ¿el arrianismo llegó a ser totalmente mayoritario? ¿La fe trinitaria quedó proscrita, o ambas creencias convivían?

Cuando los visigodos arrianos se asentaron definitivamente en la Península Ibérica a partir de la época del rey visigodo Teudis (531-548), la inmensa mayoría de la población hispanorromana era de confesión nicena. Los reyes arrianos no llegaron a implantar una política persecutoria de la población católica, lo que no implicaba la inexistencia de conflictos entre ambas comunidades, si bien tales desavenencias siempre fueron de carácter puntual y por razones políticas antes que religiosas. Se podría afirmar que la coexistencia relativamente pacífica entre las comunidades arriana y católica fue modélica en el seno del reino visigodo a lo largo del siglo VI.

Más información y matrícula: https://extension.uned.es/actividad/idactividad/26834

UNED Asturias. Gijón