Introducción

 

 

Los sistemas educativos europeos se encuentran en un proceso de convergencia para el que ya no hay marcha atrás. La Declaración de la Sorbona, en 1998, y la Declaración de Bolonia, en 1999, son los primeros pasos de la creación del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) que, con el horizonte de 2010, plantea la necesidad de:

 

- El reconocimiento de las cualificaciones emitidas en cualquiera de los países miembros.

- La creación de un sistema europeo de créditos.

- El establecimiento de programas europeos de movilidad suficientemente extendidos.

- La garantía de la calidad de instituciones, programas educativos y docentes.

- El aprendizaje permanente y continuo durante toda la vida de las personas.

 

En esta línea, los 31 países firmantes se encuentran realizando las reformas legislativas necesarias para que el EEES sea una realidad en el plazo previsto.

 

En este entorno, las universidades tienen un papel fundamental, ya que contribuyen a la producción, transmisión y utilización de nuevos conocimientos de un modo que la Comisión Europea considera únicos: “la investigación y la explotación de sus resultados, gracias a la cooperación industrial y el aprovechamiento de las ventajas tecnológicas, la educación y la formación, en particular la formación de los investigadores, y el desarrollo regional y local”.

 

La adaptación de la oferta académica de la UNED al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) es el principal reto que ha de afrontar la Universidad en los próximos años. El EEES supone la introducción de profundos cambios tanto en la estructura de las titulaciones, como en la metodología de enseñanza-aprendizaje. El enfoque metodológico subyacente al EEES, con un aprendizaje centrado en el estudiante y la puesta en práctica de metodologías activas de aprendizaje, implica una reducción de la importancia atribuida hasta el momento a la enseñanza presencial.

 

La implantación de experiencias piloto del tipo de proyectos de investigación facilita a la Universidad una serie de datos contrastados sobre aspectos como la eficacia de las modificaciones, las dificultades para la implantación de nuevas metodologías, la medición de los tiempos y carga de trabajo para equipos docentes, tutores y estudiantes, etc., además de enriquecer y complementar el currículo de los equipos docentes mediante la investigación sobre su propia práctica.

 

La UNED, desde sus comienzos, ha mantenido un enfoque activo e innovador ante las necesidades de la sociedad en que se encuentra inmersa, realizando un importante esfuerzo para incorporar las más modernas técnicas de enseñanza a distancia a nuestra universidad, implementando y utilizando aplicaciones específicas que aportan un valor añadido. Con la base metodológica ya existente, cabe desarrollar actividades que potencien no sólo las cualidades de los alumnos y el desarrollo de actitudes encaminadas a su utilización en el mundo laboral, sino también que generen sinergias positivas con la estructura actual, aprovechando el potencial de los sistemas implantados.

 

No obstante, y aunque la meta es clara y conocida por todos, el camino es largo y no exento de complicaciones. Así, tras un análisis honesto y coherente, podemos destacar algunos aspectos claramente mejorables, como es, por ejemplo, el objeto de estudio de la presente propuesta: la implicación, relación y participación del tutor en relación, no sólo con el alumnado de las tutorías presenciales, sino también en la enseñanza telemática y la interacción con el equipo docente.

 

Creemos que, en la medida en que se fortalezca la comunicación entre los diferentes profesores, no solo vertical sino también horizontal, otorgando un mayor peso específico al tutor, el sentimiento de protección, cercanía y proximidad se desarrollará en el alumno, tendrá efectos positivos. Y todo ello, en un entorno de crecimiento y potenciación de las nuevas tecnologías aplicadas al aprendizaje y a la formación