El miedo ante la incertidumbre y las catástrofes naturales, no
controladas por ellos y sin explicaciones racionales, han supuesto en la
mayoría de los casos que no solo los individuos aisladamente sino las
colectividades y las civilizaciones se hayan visto embarcadas en un diálogo
permanente con éste. La seguridad es símbolo de la vida mientras que
la inseguridad es de la muerte. Todo se puede afrontar con el auxilio
de Dios, la Virgen, los santos. Las reliquias, oraciones, rogativas,
procesiones,... se han utilizado durante mucho tiempo como medio para
lograr escapar y preservarse de los sismos.
En el Antiguo Testamento se consideraban los terremotos como signos
de la cólera divina. La Iglesia medieval continua la idea de castigo
divino por salirse los hombres de la obediencia. Cuando los hombres
estaban al margen de las normas proclamadas o establecidas atraen sobre
sus tierras el castigo divino mediante carestías, pestes y terremotos. En
el mundo árabe los escribas y funcionarios de los emires y califas
registraron los sucesos ocurridos y entre ellos los terremotos, suponiendo
que anuncian el fin del mundo y vendrán acompañados de cambios en
las estructuras hidráulicas, los mares provocaran tsunamis sobre las
poblaciones, naufragios, vientos, volcanes, etc.
Entre los autores árabes al-Suyuti, llevado de sus ideas religiosas y
el papel de Dios con los hombres, defiende en sus escritos que el sismo o
terremoto se produce cuando Dios quiere y por eso hace temblar un lugar
determinado o una región. Los terremotos según este autor pueden venir
ocasionados por Dios, el arcángel Gabriel, Satán, la tierra y las montañas.
Dios, el Profeta y algún escogido puede paralizar el sismo y controlar el
terremoto pues es una prerrogativa divina que Dios concede a los
escogidos. Con el terremoto Dios puede ayudar, advertir y castigar.
Otros teólogos musulmanes cuando hablan de tipo de faltas y de las
sanciones que merecen citan la guerra civil entre musulmanes o entre
naciones de esta religión; en este caso Dios los castigará con un sismo.
No hay que olvidar que en aquellos precisos instantes en el Reino de
Granada estaban enfrentados por el trono Muhammad IX el Izquierdo y Yusuf
IV ibn al-Mawl. En aquellos desafortunados días de 1431 unas comarcas
siguen a uno de los pretendientes y otras a otro. Las consecuencias de
estos enfrentamientos fueron el castigo divino por lo que los terremotos
hicieron su aparición, consecuencia directa del enfado divino por haberse
enfrentado unos musulmanes a otros.
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El rey cristiano decidió atacar a los granadinos por lo que el 11 de
marzo de 1431 salió de Palencia hacia Medina del Campo. Las tropas se
fueron preparando. Estando en Villa Real (Ciudad Real) conoció la noticia
de que Muhammad IX de Granada que tenía prisionero en Salobreña al rey
Chiquito lo había mandado ejecutar. El 24 de abril, vísperas de San
Marcos, ocurre un terremoto [imagen 1]
y el rey castellano lo vive en Ciudad Real. Poco despues vemos como el
condestable Don Álvaro de Luna entra en territorio granadino y sitúa su
campamento cerca de Íllora, ataca a los musulmanes, y continua su campaña
por otras tierras granadinas y malagueñas. Los enfrentamientos por el
control de Granada entre Muhammad IX y sus oponentes favorecía a los
cristianos.
El 28 de junio por fin entra el rey en tierra de moros y se combate la
torre de Pinos Puente y el 29 comienzan las escaramuzas con los
musulmanes. En este momento aparece en el campamento cristiano un infante
moro llamado Benalmao, hijo de Mahomad, que por derecho tras la muerte del
Chiquito era el verdadero rey de Granada, y fue recibido por Juan II. El
motivo de su visita al campamento cristiano era solicitar el apoyo de los
cristianos para conseguir el trono de Granada. El campamento se trasladó
al Pago de Marachuchit, cerca de Elvira y se instala con su
correspondiente empalizada entre Atarfe y Pinos. La ciudad de Granada
estaba muy poblada por las muchas gentes que en ella se habían refugiado
como nos dice Luis Seco de Lucena. Tras varias escaramuzas, tanteos y
reconocimiento del terreno el 1 de julio se produjo la batalla de la
Higueruela [imagen 2], en la que los granadinos perdieron gran
parte de sus ejércitos pues se cifra en doce mil bajas, hecho que nos
lleva a ver el enorme desastre musulmán. Por parte castellana se reconoce
a Benalmao, llamado Yusuf IV como nuevo sultán de Granada. Las tropas
cristianas continúan durante varios días los ataques contra la ciudad
y sus alrededores [imagen 3]. En estos momentos se producen los
terremotos que obligaron a abandonar la campaña y olvidarse de poder
haber tomado la ciudad. Otras fuentes dicen que los musulmanes enviaron
muchas monedas de oro metidas dentro de cargas de higos y así compraron
la retirada de los cristianos dejando en Granada un rey vasallo. Lo que
queda claro es que la magnitud de los terremotos fue tan elevada, con
grandes daños, que al menos produjo el cese de las hostilidades.
Sobre los terremotos ocurridos en aquellos aciagos días tenemos
algunos textos y opiniones que pasamos a describir para ver como el
abandono de la campaña granadina pudo deberse a causas naturales y no políticas.
José Galbis Rodríguez en su famoso Catálogo Sísmico de la zona
comprendida entre los meridianos 5º E y 20º W de Greenwich y los
paralelos 45º y 25º N. Tomo I: Imprenta de Ramona Velasco; Madrid, 1932
nos dice que tras el terremoto de abril ocurrió otro en Granada que nos
describe Fernán Pérez de Guzman, cronista del rey castellano Juan
II, con las siguientes palabras: "En este tiempo tremió mucho la
tierra en el real (que estaba situado al pie de la Sierra Elvira) e más
en la ciudad de Granada, e mucho más en el Alhambra, donde derribó
algunos pedazos de la cerca della". No precisa la fecha exacta
del terremoto, aunque sí que intenta fechar el fenómeno sísmico a
finales del mes de Junio o primeros días del mes de Julio cuando el rey
cristiano estaba luchando contra los musulmanes granadinos y se produjo la
batalla de La Higueruela. Observemos que se narran daños importantes en
la Alhambra.
El cronista Alvar García de Santa María es más preciso en su
descripción de los acontecimientos, en el capítulo XXI de su Crónica
nos dice: "En este tiempo tremió la tierra en el Real é mas en
la cibdad de Granada, é mucho más en el Alhambra, donde derribó algunos
pedazos de la cerca della. En este mesmo año tremió mucho la tierra en
el Reyno de Aragón, especialmente en Barcelona y en algunos lugares del
Principado de Catalueña y en el Condado de Ruisellón, é fueron por ello
despoblados algunos lugares é derribadas algunas Iglesias; é fue tanto
este terremoto é tantas veces, que no era memoria de hombres que
semejante cosa en aquella tierra hubiesen visto". Comentando la
segunda parte del texto dice Galbis que se refiere a los terremotos de
abril pero no estamos de acuerdo con esta explicación sino que se refiere
a los terremotos de Julio. En el momento en que los cristianos asolan la
Vega es cuando nos situa el cronista el terremoto que afectó al real
cristiano y que derribó algunas partes de la Alhambra a lo que añade que
se vieron afectados otros muchos lugares del reino de Aragón. Este
cronista dice que el real cristiano se levantó el día 10 de julio para
regresar a tierras cristianas, se enviaron cartas a las ciudades para que
se prepararan para hacer guerra a los musulmanes y que enviaran sus
representantes y procuradores a Medina del Campo. El rey salió
rapidamente del campamento de Sierra Elvira: "Y el Rey se partió
deste Real en diez dias del mes de Julio, e salida la gente del Real y el
fardage é todo lo que en él estaba, mandó quemar el palenque é las
chozas é todo el Real; é la priesa fué tan grande, que algunos
perezosos perdieron algo de su hacienda por no salir con tiempo..."
Por su parte Alonso Barrantes Maldonado habla de estos eventos
diciéndonos: "En este tiempo tembló la tierra en el real del
Rey, y en Granada se cayó parte del Alhambra;... fue tan grande este
temblor y tantas veces que no había memoria de gentes que uviesen visto
otra cosa semejante". A todo ello añade Pulgar otro testimonio
importante para el estudio de esta serie sísmica: "no desanimándole
[al rey de Granada] los malos sucesos, ni aún las demostraciones, e señales
de la tierra propia, que en estos días tembló diversas veces en Granada:
e lo que más había en que reparar, fué el ver con los temblores caerse
algunos pedazos de las murallas de la ciudad, e también tembló el Alcázar
del rey de Castilla".
Lafuente Alcántara sitúa los hechos siguiendo las cronicas
cristianas y árabes, tras contar la batalla de la Higueruela, las
deliberaciones de los cristianos sobre la conveniencia o no de tomar la
ciudad y otros pormenores pasa a describir la situación interior de
Granada y los ánimos y congojas de sus habitantes. Las consecuencias de
las entradas y ataques de los cristianos habían dejado al monarca nazarí
y a sus seguidores en una calamitosa situación, las palabras de este
historiador son las siguientes:
"Granada entre tanto ofrecía un cuadro tristísimo. Las hijas,
las madres, las viudas lloraban amargamente, contemplando desde sus mismas
casas el campo de batalla cubierto con los cadáveres de sus padres, de
sus hijos y de sus maridos. El terrible fenómeno que amargaba de vez en
cuando con ruinas y muertes á los granadinos, hizo más acerbas sus
tribulaciones. Los subterráneos de Sierra Elvira resonaron con hondos
bramidos y los terremotos de que eran predecesores hicieron bambolear á
toda la comarca de Granada. Muchas torres y mezquitas se cuartearon y un
paño del muro de la Alhambra se desplomó con pavoroso estruendo. El rey
Izquierdo procuró mitigar la aflicción general, repartiendo limosnas á
las familias huérfanas y paseando las calles para animar con su presencia
á los tristes moradores. Los elementos y los hombres parecían conjurados
contra los moros: permaneciendo en sus hogares corrían peligro de morir
sepultados entre los escombros: si acampaban al aire libre se exponían á
quedar cautivos ó á recibir la mortal estocada del enemigo".
El Bachiller Fernán Gómez de Cibdadrreal añade a lo dicho
anteriormente: "Era vero que dos tiemblos de tierra batieron
muchas casas de la cibdad". Uno de los mejores estudiosos de la
España musulmana Conde en sus Memorias aporta el texto siguiente: "La
tierra se estremecía con grandes vaivenes y subterráneos bramidos y
truenos que en sus entrañas se oían, atemorizaba á los más valientes,
y todos esperaban grandes cosas".
Por todo esto estos terremotos hay que situarlos entre los días 1 y 10
de julio, fechas de la batalla de la Higueruela y la del levantamiento del
real cristiano. En algunas crónicas se dice que los cristianos estuvieron
razziando los alrededores de la ciudad durante seis días y otras dicen
que fueron ocho, en todo caso en estos momentos tuvo lugar el fenómeno a
que aluden los cronistas e historiadores. Los efectos de aquellos
terremotos se dejaron sentir sobre la ciudad y la Alhambra que no pudo ser
restaurada hasta pasado mucho tiempo pues Torres Balbás cuando habla de
la llegada de los Reyes Católicos cita una serie de obras realizadas como
consecuencia de estos sismos pues muchas dependencias de la colina roja
habían pasado a poder cristiano en mal estado. Los musulmanes no tenían
recursos suficientes para reparar los desperfectos ocasionados y por ello
los cristianos tuvieron que hacer frente a estos problemas. Un francés
que asistió a las capitulaciones de Granada dice que los monarcas antes
de partir hacia Aragón habían hecho reparar algunas torres y otras
edificaciones, lo que acredita el mal estado de las fortificaciones en
1492. Esta idea también la expone el viajero alemán Jerónimo Münzer
en 1494 y dice que los reyes granadinos habían dejado de reparar las
construcciones pues se dieron cuenta que no podían resistir a los reyes
de Castilla por lo que permitieron que se derribasen muchos de los
edificios. Para hacernos una idea de la magnitud de estos terremotos
indiquemos que las crónicas nos dicen que afectaron con grandes daños a
la ciudad de Almería. También hay cronicas especificando los daños en
Barcelona y Sur de Francia.
Contamos con un testimonio significativo de Ibn Asim que nos
habla de la destrucción del palacio de los Alijares, gracias al trabajo
de Alicia de la Higuera contamos con la traducción de una fuente árabe
de extraordinaria importancia para saber algo más concreto sobre los
efectos del terremoto. Nos dice el autor musulmán: "Le afectó
aquella gran sacudida y enorme terremoto, dejando allí importantes
restos; los graves sucesos retrasaron su reparación que hubiera evitado
la demolición de sus columnas tan hermosas, el saqueo de su revestimiento
de azulejos de hermosa factura, la apropiación indebida de las piezas de
mármol de alto valor, la agresión contra los árboles de su almunia de
elegantes variedades y raras especies. Grande fue la pena y la tristeza
[que causó] esta enorme pérdida". A ello había que sumar los
efectos sobre otras construcciones que se fueron levantando desde la época
de Muhammad V a Yusuf III. Los Alijares no fueron destruidos en la etapa
morisca como se pensaba sino ya en el siglo XV por los terremotos de Julio
de 1431, los cronistas del siglo XVI vieron las ruinas de estos palacios
aunque si se conservaban parte de los jardines pues nos dice Mármol
Carvajal y luego más tarde Lafuente que en 1482 el monarca Muley Hacen se
paseaba por ellos.
A consecuencia de este terremoto el sistema hidráulico sufrió
modificaciones, las aguas de los Alijares que llegaban desde el río Aguas
Blancas se cortaron por el derribo de un antiguo acueducto y en época de
Isma´il en 1455 se canalizaron de nuevo las aguas pero desde la acequia
de la Alhambra, con ello salvaba lo que quedaba de los jardines pero no se
pudo conseguir devolver el agua a la zona más alta de la Alhambra y se
convierte en un erial desaprovechado para la población.
En el siglo XVIII Gutierre Joaquín Vaca de Guzmán publica una
obra: Dictamen sobre la utilidad, o inutilidad de la excavación del
Pozo-Airon, y nueva abertura de otros pozos, cuevas y zanjas para evitar
los Terremotos. Este autor parte de la creencia de que los musulmanes
habían abierto un pozo, el Pozo Airón, en las afueras de la ciudad,
delante de la Puerta Elvira, con el fin de permitir que escaparan las
corrientes de aire caliente que al circular por el interior de la tierra
producían los terremotos. Estas creencias están basadas en las primeras
hipótesis que los griegos realizaron sobre los terremotos y en relación
con los volcanes. No debemos olvidar la alta actividad sísmica y volcánica
de Grecia y la Magna Grecia (Sur de Italia y Sicilia). Nos da un
testimonio también significativo al citar al bachiller Fernán Gómez
de Cibdarreal y su Epistola a D. Lope de Mendoza Arzobispo de Santiago.
En este testimonio se dice que el médico del rey Juan II estando en el
real de Sierra Elvira a principios de julio sintió como el resto del ejército
repetidos temblores de tierra y al menos dos de ellos fueron violentos
pues destruyeron muchas casas de la ciudad. Este autor dice que él vio
como varios capitanes proponían al rey tomar la ciudad en aquellos
momentos de incertidumbre pues la fortuna mostraba que quería aterrar a
Granada con los tiemblos de la tierra.
Con todo esto podemos decir que las campañas contra Granada se vieron
afectadas por los terremotos, se produjeron en Granada cambios en el
gobierno: Muhammad VIII, Muhammad IX y Yusuf IV. Sabemos que hubo dos
series sísmicas que hasta ahora se habían confundido, siendo la de julio
la que permite conocer como afectaron a las estructuras urbanas: palacios,
casas, murallas, mezquitas, etc., de la ciudad. Además los terremotos
asustaron a los cristianos y levantaron el campamento para regresar a sus
lugares de origen. Por último, decir, que Granada pudo convertirse en una
ciudad cristiana en 1431 pero los "designios divinos" no
hicieron realidad aquella aspiración.
La serie de abril parece que tuvo su epicentro cerca de Atarfe,
Longitud 3.7 W y Latitud 37.24 N., asignandosele una intensidad entre
VIII-IX. La serie de Julio resulta más intensa [imagen 4], con
valores entre IX-X, por lo que es notablemente más destructora. Aún no
está claro su posible epicentro pues la distribución de daños, Granada,
Almería, Levante, Cataluña, etc. hace difícil su ubicación. Conocer
nuestra historia desde todos los puntos de vista es una de las metas que
perseguimos.
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