© RODRÍGUEZ GARCÍA, J.M. "Fernando III y sus campañas en el contexto Cruzado Europeo", Archivo Hispalense, 234-236 (1994): 205-217.

 

FERNANDO III Y SUS CAMPAÑAS EN EL CONTEXTO CRUZADO EUROPEO, 1217-1252

 

Después de la captura del rey  Francés Luis, el rey Castellano, quien ya había obtenido más de tres victorias sobre los Sarracenos, se apiadó y tomó la cruz, pensando que era mucho más meritorio recuperar la Tierra Santa para Cristo, que tomar cualquier otro país"

Mathew Paris, Chronica Maiora, II,387 (1250)[1]

 

La vida de Fernando III ,1201-1252, enmarca, en gran parte, lo que se ha dado en llamar el último periodo clásico de las cruzadas, aquella empresa Europea que se desarrolló entre los años 1099  y 1291.

La presente comunicación no pretende aportar datos inéditos sobre la vida o época de Fernando III, pero sí se pretenden abordarlo desde una nueva perspectiva, teniendo en cuenta que el presente trabajo no puede ser más que la presentación de unas cuantas líneas de investigación sobre el tema "cruzado". Los fenómenos expansivos que se desarrollaron en la península Ibérica desde el s.XI y hasta el finales de la Edad Media ([2]) están relacionados con dicho contexto cruzado. Historiadores como Erdman y Mayer([3]) han destacado la importancia del fenómeno reconquistador en la península Ibérica como elemento muy importante para el origen y desarrollo de la idea de cruzada. Actualmente, y después de un tiempo en que los historiadores de las cruzadas habían dejado aparte el fenómeno de la reconquista([4]), se vuelve a tener en cuenta ésta como un movimiento claramente entroncado con el movimiento cruzado, aunque con características peculiares([5]). Desafortunadamente, la atención que los historiadores españoles han prestado al hecho cruzado ha sido muy escasa. Salvo las excepciones de los trabajos de Maravall, Goñi Gaztambide y Benito Ruano([6]), el resto de las referencias a dicho fenómeno no pasan de ser un par de líneas en diferentes obras limitándose a exponer hechos concretos y un par de trabajos de divulgación([7]). A ello le debemos añadir los estudios de reinados que por su propia temática estaban estrechamente ligados al fenómeno cruzado, como son los casos de Alfonso VI, Alfonso VIII, Fernando III,y los Reyes Católicos([8]).             Se suceden toda una serie de episodios cruzados a lo largo de la vida del rey: En 1204, los cruzados, impulsados por los Venecianos saquean Bizancio y crean el imperio Latino de Constantinopla, en el marco de la IV Cruzada. En 1208 se proclamará la controvertida cruzada contra los Cátaros, dando un giro importante al concepto de Cruzada, y donde el rey pedro de Aragón y el Conde de Tolosa morirán a manos de los cruzados. 1212 verá la marcha a través de Europa y patético destino de la Cruzada de los niños. El Papa cruzado por excelencia, Inocencio III, proclamará en 1213 la V Cruzada que, tras ocupar Damietta en 1219, acabará derrotada en los campos de Mansurah en 1221. Acto seguido, Fernando III podrá contemplar la polémica entre la casa Hohenstauffenn y el Papado, que dará lugar a varios episodios característicos como la cruzada de Federico II a Jerusalén y su proclamación como rey-estando él mismo excomunicado-, y que concluirá con la exterminación biológica de la rama imperial. En 1226, la Orden de los caballeros teutónicos, recién expulsados de Hungría, se establecen en Prusia y desde 1243 tendrán el monopolio del movimiento cruzado en el norte europeo, continuando la Drag Nach Osten. En 1239, Teobaldo, rey de Navarra, marchará a Tierra Santa. 1241 contemplará la llegada de los Mongoles y la cruzada contra ellos. Para terminar, Luis IX de Francia, lanzará la cruzada contra egipto, 1248-54, mientras que en su casa se desarrollaba el episodio de la  Cruzada de los pastores.

 

DEFINICION DE CRUZADA


Ahora bien, qué papel jugó Castilla en todo ésto. Para ello, primero habrá que definir lo que entenderemos por Cruzada. Si sólo entendiéramos como Cruzada a aquel movimiento político-militar que tiene como objetivo la recuperación de los Santos Lugares, muchas de las "Cruzadas" mencionadas anteriormente se caerían de éste saco y el papel Castellano se habría limitado a su aportación en hombres y dinero al esfuerzo oriental. Así, deberíamos considerar, en comparación con otros países Europeos, pero también teniendo en cuenta el esfuerzo interno de reconquista, que el papel Castellano habría sido de escasa relevancia. Sin embargo, esa definición, entre otros compartida por Runciman([9]) y los más clásicos historiadores, considero que es parcial e incompleta. Primero, porque desecharían las campañas que los propios contemporáneos de los hechos calificaban ellos mismos como cruzadas, segundo porque el ideal evolucionó con el tiempo y , tercero, porque sería limitar la cruzada tanto en términos geográficos como cualitativos. "Una cruzada era una guerra santa autorizada por el papa, quien la proclamaba en el nombre de Dios o Cristo. Se creía que era un empresa emprendida por Cristo, legitimizada por su mandato personal. Propuesta, como todas las acciones cristianas de violencia justa, como una respuesta defensiva a la injuria o a la agresión o como un intento de recobrar territorios cristianos perdidos a manos de los infieles, contestaba a las necesidades de la Iglesia de toda la Cristiandad, concebida como un estado único, universal y transcendente, más que una nación o región particular: muchas de las campañas de la reconquista española, que se lucharon en nombre no solo de España sino de la Cristiandad al fin y al cabo y que se abastecieron de hombres provenientes de toda Europa , eran cruzadas...un cruzado realizaba un voto público, que al principio no era distinguible y que estuvo siempre basado en el del peregrino; teniendo los cruzados y los peregrinos la misma base legal, estando temporalmente sujeto a las cortes eclesiásticas y disfrutando de la protección eclesiástica para sus personas, propiedades y familias. A los cruzados, tanto si estaban luchando contra los Musulmanes en el Este o en la Península Ibérica, paganos en el Báltico o heréticos, cismáticos o enemigos locales de los papas en el corazón europeo, también se les concedía indulgencias, algo que evolucionaría con las propias cruzadas"([10]).

Dada esa definición, la reconquista entraría plenamente dentro de la fenomenología Cruzada, aunque no todas las campañas que se llevaron a cabo en la península se las pueda considerar, ni tengan el rango de Cruzadas([11]). Ahora bien, ¿era la Reconquista una cruzada típica o tenía sus propias características?; ¿cual fue el papel de los Castellanos bajo Fernando III en ese doble frente cruzado, en el interior y cara al exterior?. Para ello habrá que estudiar los elementos y personajes que intervienen en una cruzada, su interrelación y su conexión en el ámbito castellano de la primera mitad del s.XIII.

 

PAPADO, CRUZADA Y FERNANDO III


En 1096, el papa Urbano II, justo después de proclamar la I cruzada, ya reconoció a la empresa que se llevaba a cabo en la Península ibérica, en la lucha contra los Sarracenos, como una auténtica cruzada, concediendo los mismos privilegios y beneficios ,para los que lucharan allí, que disfrutarían los que marcaharan como cruzados a Oriente, además de restringir o prohibir que caballeros Cristianos abandonaran el escenario peninsular para ir a luchar a Tierra Santa([12]).Por lo tanto, para el papado, que al fin y al cabo debía ser la cabeza de la cruzada, la lucha en la península tenía el carácter de verdadera cruzada, como se puede comprobar en los numeros privilegios cruzados concedidos a los combatientes hispanos, aunque si bien, y, dependiendo de los papas, unos tenían más empeño que otros en destacar la misión Oriental sobre la Occidental([13]).            Como ya se ha comentado, la cruzada exigía dos materias primas para ponerse en movimiento: hombres y dinero. Inocencio III, en el IV Concilio Lateranense, donde se promulgó una cruzada universal, estableció que los reinos peninsulares debían aportar su ayuda a la Cruzada a Tierra Santa en forma de dinero - la vigésima de todas las rentas de la Iglesia peninsular-(además del voto de cruzado de varios caballeros y personas de menor rango); ello provocó que los arzobispos de Santiago y Toledo, junto con los  obispos hispanos, pidieran que se igualara la cruzada en España a la de tierra Santa, a través de las indulgencias. He aquí uno de los conflictos innatos a la empresa reconquistadora hispana: como miembros de la cristiandad debían colaborar en las cruzadas, principalmente para la recuperación de los Santos Lugares, pero la guerra peninsular, más inmediata, también gozaba, aunque había que pedirlo continuamente, del mismo estatus de empresa cruzada, con lo que se creaba una lucha por los recursos económicos y humanos peninsulares, que enfrentaba al rey, la Iglesia-según siguiera al papa o al rey- y las órdenes militares internacionales. De hecho la recaudación económica, a pesar de dos questores enviados por el papa, se hacía con muchas dificultades. Rodrigo Jiménez de Rada, arzobispo de Toledo, consiguió que se abriese otro frente cruzado en la península y él mismo fue nombrado legado pontificio para tal fin, cargo que ocuparía a lo largo de su vida([14]). A pesar de que la cruzada por él dirigida, a modelo de la cruzada que se estaba llevando a cabo en tierras Egipcias y que estaba dirigida por el legado pontificio el hispano Pelayo([15]), no cosechara los frutos que se esperaban de ella, sí nos da una muestra de una cruzada prototípica: la cabeza y la idea parten de la Iglesia, el papado, que delega en un legado pontificio, el papado hace que se propague el reclutamiento de la cruzada a través de las nuevas órdenes mendicantes, si bien el papado no puede aportar hombres directamente (sí los aportarían los distintos obispados o arzobispados como el de Toledo y función de señorío temporal), lo que sí hace es dar el permiso para conmutar el voto cruzado a tierra santa por el de la lucha en la península, gozando, los nuevos cruzados, de los mismas indulgencias y beneficios que los cruzados de oriente, además de dotar económicamente la cruzada, con unos fondos que salen de las arcas de las iglesias locales o exteriores (según la extensión de la llamada), la venta de indulgencias, la remisión de votos cruzados por razones de imposibilidad,etc.


En cualquier caso el papado era quien otorgaba a una campaña , hecho o persona el carácter de cruzado, y ésto lo aplicaba tanto a operaciones nacionales como individuales, de las  Ordenes Militares o Mendicantes. La concesión del "rango de cruzada" era algo apetecido por todos, especialmente por aquel rey que proyectara campañas contra los infieles y que necesitara refuerzos en hombres y , fundamentalmente, en dineros.


No es mi intención pasar a detallar cada una de las campañas de Fernando III, su consideración de cruzada, y la aportación económica que ello conllevaba([16]). Baste decir que por lo general, los papas, a pesar de contar con una buena predisposición hacia Fernando III y su legado pontificio, preferían tener pruebas materiales de que una campaña se estaba llevando a cabo contra los musulmanes antes de ofrecer las indulgencias plenas y las ayudas económicas. Aquí está la segunda diferencia con respecto a cruzadas "normales"; en el caso Castellano, eran los reyes los promotores de estas campañas a las que luego se le podría calificar legalmente de cruzadas, aunque desde su comienzo, al menos en ésta época, contaran con el espíritu cruzado de lucha contra el infiel y recuperación de tierras perdidas. Julio González, corrobora plenamente ésta idea llegando a calificar a Fernando III como prototipo del caballero Cruzado.([17]). Sin embargo, no demos olvidar los roces de Fernando con la Iglesia de Castilla a la que esquilmaba al verse necesitado de tanto dinero, y el papado, llegando a hacer permanentes la concesión de las tercia de cruzada, aunque el papa ya no lo concediera expresamente.

 

LAS ORDENES MILITARES


Otro elemento característico del fenómeno cruzado fue la creación y establecimiento de las órdenes militares. No hay otra institución que caracterice como éstas el espíritu cruzado. La península ibérica, como escenario cruzado contó con la actuación de ordenes militares internacionales, Temple, Hospital. Pero el solar hispano también dio nuevas órdenes como Santiago, Calatrava o Alcántara por citar las tres más importantes en suelo castellano. A pesar de la opinión de autores como Hammer, Conde y otros historiadores hispanos, que abogan por la influencia de modelos musulmanes (la secta de los Asesinos, para Hammer, o los ribats, para Conde y otros[18]), en la creación de la órdenes militares cristianas, otros autores de mayor peso en el estudio de las órdenes como Lomax, O`Callaghan o Forey defienden, con mayor rigor, la originalidad de las fundaciones cristianas, ya que por una parte no hay nada que demuestre una influecia clara entre ambos mundos y, por otra, la evolución del pensamiento cristiano con la cristalización de la idea de cruzada, pueden llevar, de una forma natural, a la creación de dichos modelos religioso-guerreros. En España, si bien las principales órdenes nacionales se fundan siguiendo el ejemplo de la Orden del Temple, hay claras diferencias entre unas y otras. Por una parte, las órdenes militares españoles fueron creadas desde el principio, con el objetivo de luchar contra los musulmanes y, por otra, van a conservar ciertas peculiaridades en su reglamento, como es el que los freiles pudieran contraer matrimonio. Con lo cual ya tenemos a otra institución cruzada con rasgos típicamente peninsulares.

Sin embargo, las órdenes militares hispanas no se van a confinar al territorio peninsular, muestra de ese ideal europeo:


-Santiago después de un primer intento fallido, en 1180, de trasplantar algún convento al norte de Siria, en 1246 y como consecuencia de las conversaciones entre Balduino de Constantinopla, Fernando y su hijo Alfonso y el Papa, logra el permiso del infante para el envío a 300 caballeros, 200 arqueros y 1000 peones a tierras del imperio latino de Constantinopla,por un periodo de dos años y a cambio de 40000 marcos. Sin embargo, probablemente el no cumplimiento de la cláusula económica por parte de Balduino y la propia actividad dentro de la península, impidieron que esta empresa se llevara a cabo.


-Calatrava, va a contar con un convento en Prusia incluso antes de que se asentara el Temple. Este será el convento de Thymau, en Pomeralia (bajo Vístula). Sabemos que existió al menos desde 1229( cuando el comendador y algunos caballeros de la orden aparecen como confirmantes de un documento), hasta 1245, cuando los duques polacos Przemysl y Bleslov solicitan al capítulo del Cister algunos caballeros de Calatrava (tema que se pasará al abad de Morimond, al cual estaba afiliado Calatrava, y de lo que no se volverá a saber más). Forey explica la presencia de la Orden a raíz de la destrucción del monasterio de Oliva por             los prusianos en 1226, acto que motivaría que las autoridades de la zona buscaran el apoyo de caballeros experimentados de órdenes a través del Cister, experiencia que sin duda podrían demostrar los de Calatrava. Algo que también comparte Ferrero Alemparte, y que lo explica más bien como un intercambio de experiencias, que surgiría a raíz de las embajadas castellanas al reino Alemán (1224, monjes Calatravos en Dobrin) que concluirían con el casamiento de Fernando III con Beatriz de Suabia (1221). Coincidentemente se produciría la implantación de la Orden Teutónica en Castilla, primero con la encomienda de Sta. María de la Cabeza (también llamado La Mota, en Zamora) y luego en Higares (Tajo) hacia la misma fecha, desde la cual debieron tener un papel destacado en las campañas de Fernando([19]). Así mismo, esta misma orden solicitó un puesto en Siria para la defensa de Tierra Santa, en 1234. Con tal fin, Gregorio IX pide al patriarca de Antioquía, que señale un lugar para su establecimiento.[20]

Si bien la presencia de las órdenes militares en los escenarios cruzados fue de vital importancia para las acciones bélicas, la manera de comportarse en la península ibérica y especialmente bajo el reinado de Fernando III, presenta algunos rasgos diferenciadores con respecto al resto de escenarios cruzados:


En el Báltico, hacia mediados del s.XIII, la orden Teutónica ha conseguido desbancar al resto de las órdenes militares y, de hecho, disfruta de un monopolio, reconocido por el emperador y el papa, en cuanto a la expansión por Prusia, aunque siempre que haya algún príncipe o rey en cruzada con ellos se tendrán que someter. Por lo tanto, La orden Teutónica goza de una independencia casi total en Prusia, aunque también sea quien lleve todo el peso de la expansión y repoblación.

En Tierra Santa y Constantinopla las órdenes también disponen de un alto nivel de independencia, siendo frecuente que firmen paces por separado, y según sus intereses, con los otros componentes de la partida oriental, tanto cristianos como musulmanes. Dicha independencia sólo se ve amenazada con la presencia de lideres fuertes como el emperador Federico o el rey Francés San Luis. En la guerra no sólo constituyen la fuerza de choque del ejército, sino toda la columna vertebral del sistema defensivo del reino cruzado, al poseer la mayor parte las más fuertes fortalezas y ser los únicos capaces de soportar las cargas económicas que ello conlleva, a la par que la población se concentra en las ricas ciudades costeras.


En la Península Ibérica, Fernando III hará un uso exhaustivo de ellas([21]). Le acompañarán constantemente en sus conquistas, y les asignará Castillos en la frontera para su defensa y repoblamiento, intentando evitar concentraciones([22]). No son tan vitales como en el resto de lo escenarios pero su disciplina, pronta o inmediata presencia y constancia en el campo de batalla las hacen un instrumento muy valorable. Sin embargo las órdenes en Castilla, principalmente las hispanas gozan de bastante menos independencia que en los otros dos escenarios cruzados. Aunque no llega a establecer por escrito en todos los otorgamientos a las ordenes el deber de hacer guerra y paz a su voluntad, como así lo plasmaría su hijo, su dominio es bastante evidente, teniendo más dificultades con las órdenes internacionales como Templarios y Hospitalarios que, apoyados por el papa, y a pesar de participar activamente en la Reconquista, siguen con su empeño de sacar dinero, materiales y hombres fuera de la península([23]).

RELACIONES EXTERIORES


Este apartado está más relacionado con la visión que tenían los ultrapirenaicos de los reinos peninsulares y, pricipalmente, del reino Castellano. Empezamos con una cita de Matthew Paris por lo que se creía que Fernando III tomaría la cruz para marchar a Oriente. En verdad no hay ningún documento que apruebe dicha hipótesis. Sin embargo el papel de Castilla como estado cruzado durante la edad media era reconocido y admirado por todos, alabando las victorias cristianas de Fernando III. Lo vemos en las crónicas Inglesas de Matthew Paris o St. Albans([24]), cronistas franceses de las cruzadas, crónicas italianas, cartas de felicitación de los papas([25]). Todo ello hace que la cruzada como fuente de prestigio y de atracción de personas se convierta en arma política, esgrimible en asuntos internacionales, cuando no en mero instrumento, como el uso por parte de los Capetos (cruzada Albigense).Así podríamos ver el casamiento de Violante, hermana de Fernando III, con Juan de Brienne, ex-rey de Jerusalén y futuro protector de Constantinopla, o las relaciones diplomáticas con otros países desde una posición de superioridad moral. Dentro de la península la cruzada es un factor político a tener en cuenta ya que cruzada y expansión territorial van unidos, con lo que conlleva de conflictos con Portugal y Aragón, reinos cruzados a su vez . Por otra parte una condición necesaria para la cruzada es que existiera paz entre los reinos cristianos y se protegen las personas y bienes de los cruzados.([26])

LA CUESTION AFRICANA

Fernando III, como hombre práctico, tenía centrada sus miras en la reconquista del antiguo territorio cristiano peninsular y su extensión natural, al norte de Africa([27]). No debemos olvidar que las relaciones entre el norte de Africa y Al-Andalus se habían estrechado a raíz de la constitución de los imperios almorávide y almohade, llegando a conformar un todo más o menos homogéneo. Así también se entiende que a la orden de Santiago le fuera concedida la custodia de la plaza de Salé ante los rumores de que su señor, Zeid Aazon, se quería convertir al cristianismo o simplemente necesitara de tropas cristianas para hacer frente a sus vecinos([28]). Por otra parte, Dufourq ha querido buscar una implicación de matiz religioso en esa extensión hacia Africa, es decir como si Castilla emprendiera una labor misionera. Si bien el papa encomendó a los prelados españoles la protección de los cristianos residentes en el norte de Africa, desde 1218, no se le puede calificar de actividad misionera ligado a cruzada como sí sucedía en el frente Báltico. ([29])


Muchos de los cristianos del norte de Africa o bien eran cautivos o bien formaban parte de aquellos grupos de caballeros cristianos al servicio de los soberanos musulmanes de los distintos reinos norte-africanos. Caballeros cristianos sirviendo en las filas sarracenas era un fenómeno que se conocía desde época Califal. Sin embargo en éste siglo parece haberse producido una proliferación de los mismos, siendo, unos, grupos de caballerosa desnaturalizados que se iban a servir al país contrario a la persona que los expulsó y siendo, otros, caballeros, que tras pacto entre el rey Fernando y alguno de los soberanos musulmanes, entraban a formar parte de esa guardia especial, pagada por el musulmán([30]). Julio González, ve en ello una política predeterminada por Fernando III que buscaría estar mejor informado de lo que ocurriese en el interior de los distintos reinos, contara con un grupo poderoso en el interior de los mismos en caso de necesidad y sirviera para sostener a reinos en decadencia, como el almohade, que podrían servir de obstáculo a la aparición de otros reinos musulmanes más fuertes(además de completar el círculo vicioso de las parias:protección por parias, para ello aumentar los impuestos, lo que conlleva  inestabilidad e inseguridad que requiere de nuevas tropas cristianas, más fiables...). Ahora bien ¿cómo se entiende que desde un punto de vista cruzado que existieran grupos de caballeros cristianos que por mandato de su rey,  y aunque pagados por los sarracenos, sirvieran a éstos últimos? Simplemente porque no podemos entender la reconquista peninsular en el sentido de cruzada o guerra total de los franceses([31]).

LA IMAGEN INTERNA


Parece claro que existían diferencias entre lo que unos caballeros Franceses podían entender por cruzada y lo que realmente era la guerra en la península, a pesar de que los castellanos se considerasen a sí mismos como cruzados. A éste respecto, el estudio de Ron Barkai sobre la imagen proyectada por unos y otros a lo largo de la historia no tiene desperdicio. En resumen, para el periodo de Fernando III, Barkai concluye que, según las crónicas Castellanas del momento, "se manifiesta un fuerte espíritu cruzado, una mentalidad militante y la cristalización de una conciencia nacional española...junto con la disposición de morir por la patria y la Iglesia, algo totalmente nuevo"([32]. Así se endurecen las posturas respecto a los infieles, más parecido a la imagen tradicional europea de cruzado que va a vencer o morir, a esa "guerra total" (aunque la obra de Jiménez de Rada sea algo más condescendiente). Sin embargo, este endurecimiento de la postura de los cristianos peninsulares con respecto a los musulmanes no sólo no llega a los niveles que podía esperar un Francés(por ejemplo, durante la campaña de las Navas de Tolosa los cruzados Europeos se mostraron más que sorprendidos por el "buen" trato que recibían las guarniciones musulmanes que se rendían al permitírseles ir con vida, o pactos con los musulmanes...) sino que todo ello venía acompañado por tintes nacionalistas que resaltan relatos xenófobos respecto a esos cristianos ultrapirenaicos([33]). De hecho, en la práctica, Fernando III seguiría con su empeño de lucha continuada contra el infiel, junto a una hábil política de pactos, aprovechando las disensiones internas de Al-Andalus. Ese sentimiento de incomprensión hacia pactos o relaciones con el enemigo era uno de los principales problemas de los ejércitos cruzados en Oriente, que confiados en su caballería pesada y creyendo en la imposibilidad de tratar con los enemigos de la fe, desaprovecharon el juego político de las disensiones del contrario además de obviar los consejos militares de los residentes, tanto si fueran castellanos en Castilla, como residentes cruzados en Tierra Santa.

 

CONCLUSION

Llegado éste momento podemos sacar en claro una serie de puntos:

1- La reconquista española, o parte de sus campañas y muchas de las llevadas a cabo por Fernando III contra los musulmanes, tenían el rango de Cruzada, con los mismos privilegios e indulgencias que las cruzadas a oriente. Como tal, contaba con los mismos elementos que forman una cruzada:objetivos- recuperación de tierras anteriormente cristianas en manos del infiel-, legados pontificios, liderato en campaña secular, indulgencias, participación de órdenes militares...

2- La reconquista o cruzada castellana, tenía rasgos propios que la hacían diferente de otros procesos y concepciones que se pudieran desarrollar en el Báltico o en Oriente.

3- Durante la época de Fernando III se produjo un cambio dentro de la visión interna de los Castellanos, o por lo menos por parte del esatamento eclesiástico, que acercaba más la concepción de cruzada castellana a la tradicional Europea de guerra total, aunque sin llegar a igualarse.


4- La cruzada podía funcionar como instrumento político en relaciones internacionales, además de ser una fuente importantísima para la consecución de capital humano y económico.

En definitiva, no se puede estudiar aisladamente un proceso como la reconquista castellana, o el periodo de Fernando III sin tener en cuenta que dicho movimiento estaba plenamente integrado , participando en un flujo de ideas, dentro del contexto cruzado europeo, con sus implicaciones ideológicas, políticas y económicas.[34]

"Alfhonso  [Fernando III] el victorioso rey de Castilla...por afección al rey de Inglaterra, envió a un elocuente y elegante caballero al rey..proponiéndole una cruzada que habría de pasar por Castilla...siendo seguro que el rey de Castilla le aprovisionaría e incluso le acompañaría personalmente...y que desechara la vía marítima Francesa...[al rey Inglés se le informa de la conquista de Sevilla y otros territorios]...el rey Inglés estaba complacido por ello...y hubiera hecho honor de ello (...) si no hubiera sido por la prematura murte del rey Alphonso, lamentablemente para todos los cristianos; pero él murió bien y dejó a varios bravos hijos para gobernar el reino"

Matthew Paris, Chroica Maiora, II, 439. (ca.1270)


ANEXO. LA GUERRA CRUZADA


Mientras que la guerra en Tierra Santa ya cuenta con dos magníficos trabajos generales al respecto([35]), la guerra en la Península todavía no ha merecido algún trabajo que intente englobar de manera sintética pero comprensiva su desarrollo, elementos y significación social (lo cual no quiere decir que no existan estupendos trabajos parciales). Intentar un estudio comparativo sería por lo tanto arduo y, actualmente, difícilmente riguroso. En realidad por ahora sólo se podría hacer dicho estudio entre los teatros peninsulares y del próximo Oriente, que, al  fin y al cabo, compartían un enemigo muy semejante: los musulmanes. No obstante se puede llegar a una serie de observaciones: los principales problemas de los reinos cruzados orientales era su permanente y creciente falta de recursos humanos, (siendo las cruzadas sólo soluciones temporales), dinero y sus divisiones internas. Castilla, bajo Fernando III, estaba unida y tenía suficientes hombres, no así dinero, a pesar de los ingresos por parias y beneficios de cruzada. Las fuerzas que componían sus ejércitos, si bien sobre papel parecidas, sobre el terreno eran claramente diferentes: Fernando ejerciendo un mando único disponía de su propia hueste , mientras que en oriente, no se sabía,muchas veces, quien llevaba el control de las tropas; las ordenes militares en la península, por lo general obraban en estrecha unión con el soberano, mientras que en oriente ésto dependía de si había algún soberano poderos y aún así con dificultades; las milicias concejiles castellanas tenían capacidad, bien ellas solas o bien junto otras tropas, de realizar profundas incursiones de saqueo, a pesar de que su labor principal fuera la defensa continuada de la frontera, mientras que en oriente, si bien sí extían algún cuerpo de milicias urbanas éstas preferían atrincherarse en sus bien amuralladas ciudades continuando con la política defensiva del reino; las huestes nobilarias en Tierra Santa cada día eran menores debido a las bajas y continuas pérdidas de territorio, mientras que Fernando III y su expansión territorial propició lo contrario...en definitiva era la diferencia entre una guerra ofensiva y otra defensiva, que a los más que llegaba era a realizar razias de poca identidad, salvo cuando se contaba con la cada vez menor presencia de ejércitos cruzados de ultramar.


 

 

© RODRÍGUEZ GARCÍA, J.M. "Fernando III y sus campañas en el contexto Cruzado Europeo", Archivo Hispalense, 234-236 (1994): 205-217. 

 

               JOSÉ MANUEL RODRÍGUEZ GARCÍA

Universidad de Salamanca.

 

 


     [1][Trad. J.A. Giles. London,1852]

     [2] Por no decir hasta bien entrada la Edad Moderna en el reino de España. Basta recordar la institución de la Santa Cruzada, las cruzadas contra los Turcos del S.XVI y, en general, todo aquel ambiente de gesta cruzada que respiraban los conquistadores y soldados españoles del XVI.

     [3] C. Erdman, Die entstehung des Kreuzzugsggedanken, Stuttgart, 1935; H. E. Mayer, Der Kreuzzugs, Stuttgartr, 1965.

     [4] Por mencionar un sólo ejemplo, el, por otra parte, magnífico trabajo, a nivel positivista, de Sir. E. Runciman,  A histiory of the Crusades,Cambridge, 1951, no considera a la península Ibérica como escenario Cruzado.

     [5] Aquí podríamos citar los trabajos de K. Setton, a History of the Crusades,Madison, 1969; N. Housley, The later Crusade:1274-1580; J. Riley-Smith, What were the crusades, London,1975, o a  hispanistas como J.Hillgarth, Spainsh Kingdoms, London,1980 y D.W. Lomax, The Reconnquest of Spain, London,1978.

     [6]Goñi Gaztambide, Historia de la bula de la cruzada en España, Vitoria, 1958; J.A. Maravall , "La idea de reconquista en España durante la Edad Media", Arbor,28 (1954;1-37); E. Benito Ruano, "España y las Cruzadas", Anales de Historia Antigua y Medieval (1951, 92-120)

     [7] Ladero Quesada, Las Cruzadas, Bilbao, 1972; J.L Martín Rodríguez, Las Cruzadas, Cuadernos de Historia 16, 140,1985; Mª A. Laste, Las Cruzadas, Madrid,1991.

     [8] Este es el caso de la obra de Julio González, Reinado y diplomas de Fernando III ,Córdoba,1980.

     [9] Sir S. Runciman, A History of the Crusades, Cambridge,1951.

     [10]J. Riley-Smith, The Crusades, Idea and reality, 1095-1274, London, 1981.

     [11] La gran obra de Goñi Gaztambide ya necesita de una profunda revisión.

     [12]Goñi Gaztambide, Historia...,59-62.

     [13] Una de los episodios de la V cruzada es la ayuda protagonizada por los cruzados norte europeos que llegaron a Lisboa en 1217 y que junto a las tropas Portuguesas, Leonesas, Castellanas y las ordenes militares lograrían tomar Lisboa y Alcacer do Sal. Sin embargo, a pesar de la petición  de los cruzados norte europeos para prorrogar su estancia allí, Urbano les conminó a seguir camino a oriente. Goñi Gaztambide, Historia... y Julio Gonzalez, Reinado..., citando los documentos de Honorio III publicados por Mansilla.

     [14]1218-19. Julio González y Goñi Gaztambide lo comentan, siguiendo los documentos publicados por Mansilla sobre Honorio III.

     [15] En el IV concilio Lateranense Inocencio III logró imponer su visión de la autoridad terrenal del papado. Fue ello junto a la clara reticencia y resquemor por parte del papado a que una cruzada, como acurrió con la IV, teóricamente bajo su mandato, volviera a cambiar de objetivos y cometiera desmanes, lo que impuso la presencia del legado papal Pelayo como jefe de la V cruzada; además de evitar problemas sobre la disputa del mando. Por otra parte, durante esta cruzada se destacaron caballeros castellanos por su valor y número de bajas.(Cit. Goñi Gaztambide, Historia...,137).

     [16] Por ejemplo, Fernando gozó del privilegio cruzado en 1229, 1231, 1237 y 1248, con sus beneficios económicos como las tercias eclesiásticas u otras ayudas que se extendían a lo largo de varios años. Goñi Gaztambide, Historia...,150-65; Julio González, Reinado...,190-270.

     [17]Julio González, Reinado....,pg.78, cit. a los Anales Toledanos.

     [18] Ver Forey, The Miliyary Orders, from the end of the XIIth to the early XIV centuries, London, 1992.

     [19] Forey, The Military.... Ferrero Alemparte, "Asentamiento y extinción de la Orden Teutónica en España", Boletín de la Real academia e la Historia,168 (1971, 227-74).

     [20] Benito Ruano, E "Santiago, Calatrava y Antioquía". Anuario de Estudios Medievales, I(1964) pp.549-560

     [21] Parece ser que su preferida, o por lo menos la que salió más beneficiada en cuanto a concesiones, fue la orden de Santiago. Cristina Segura & A. Fernández, "Alfonso X y las Ordenes militares en Andalucía", Alfonso X el Sabio, vida, obra y época, Congreso, Madrid, 1984-9.

     [22]Julio González, Reinado...,297-389.

     [23]Forey, Military Orders...30-60.

     [24]A. Goodman, "England and the Iberian Peninsula in the Middle Ages", England and its neighbours in the Middle Ages, ed. Tomas & Vale, London, 1984.

     [25]Jlio González, Reinado...,360. Goñi Gaztambide, Historia...

     [26] Hacia 1218 se había conseguido la paz interna e incluso Sancho de Navarra había participado en la cruzada de Rodrigo Jimenez. Sin embargo, en esta ocasión, la protección del papa no sirvió de mucho ya que tierras Navarras fueron corridas por las milicias de Zaragoza y otras del reino Aragonés.

     [27] Según Goñi Gaztambide, desde el principio, Africa se habría planteado bien como un objetivo n sí y/o como una ruta alternativa para llegar a Tierra Santa.

     [28] Bula "Cum sicut intimantibus" de Inocencio IV a la orden de Santiago, 1245.cit.por Goñi Gaztambide, Historia...pg190.

     [29]Kedar, Crusade annd Mission, Princeton,1984,42-50.

     [30] Además de Julio González, se puede consultar:CH. E. Dufourq, "Les relationns du Maroc et de la Castille pendant la premiere moite du XIII siecle", Revue d`Histoire et de Civilizaton du Maghreb,5 (1968);J. Alemany,"Milicias cristianas al servicio de los sultanes musulmanes de Almagrb", Homenaje a Codera, Madrid,1904.

     [31]R. Barkai, Cristianos y Musulmanes en la España Medieval, Madrid 1991 (1984),154

     [32]R.Barkai, Cristianos...pg211-15.

     [33] Tintes nacionalistas, propios de Europa en este siglo y que a su vez, constituirían un obstáculo más hacia la práctica de ver una cristiandad unida contra los infieles de Tierra Santa.

     [34] Por otra parte, se han dejado varios temas por tocar como la propia "personalidad cruzada" de Fernando III, el temprano uso del término "cruzado" en las fuentes Castellanas, la influencia a nivel económico tanto del sistema de extracción como del dinero propio de las cruzadas,las diferencias ideológicas contemporáneas respecto al tema, el papel de las Ordenes mendicantes, etc.

     [35]R. Smail, Crusading Warfare, Princeton,1955 & C. Marshall, Warfare in the Latin East, 1992

© RODRÍGUEZ GARCÍA, J.M. "Fernando III y sus campañas en el contexto Cruzado Europeo", Archivo Hispalense, 234-236 (1994): 205-217.