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Muchos investigadores, empezando por A. Schulten, admitieron que
es bastante probable que la Tarsis
bíblica fuera Tartesos y, por lo tanto,“las naves de Tarsis” venían a Iberia,teoría que propuso por vez primera
el jesuíta P. Pineda a finales del reinado de Felipe II.Los comentarios modernos a loslibros
bíblicos identifican generalmente a la Tarsis bíblica con Tartesos; así la
Sagrada Biblia de F. Cantero y M. Iglesias, Madrid 1975,319; la de E. Nácar y A. Colunga, Madrid 1949, 436. Para losrimeros autores, la flota de Tarsis es un término fenicio para lasnaves de gran tonelaje, opinión que
siguen, igualmente, E. Nácar y
M. Iglesias, que las interpretan comonaves de alta borda, los transatlánticos de la época, hipótesis seguida
por la Biblia de Jerusalén, Bilbao
1967,354, y por M. Bendala.
Jose María Blázquez no es partidario de identificar Tarsis con Tartesos,
porque, aparte de las dificultades fonéticas (de
Tarsis no se puede derivar Tartesos),
la cosmografía judía se centraba en
el Mar Rojo, Sur de Arabia, Anatolia,
Chipre y la cuenca del Eufrates. El
occidente se escapa totalmente a su interés. Es posible que hubiera varios Tarsis, y que se identificara
alguno de ellos en época mucho más
posterior con Tartesos. Los minerales que buscaban se hallan también
en Cerdeña, Anatolia y concretamente en la región del sureste, Cilicia, con la que los judíos en época de
Salomón mantenían relaciones y de la que importaban caballos (1 Reyes
10, 28), e igualmente Chipre. Precisámente el historiador judío Josefo
(Ant. 1. 6. 9-10) es de la opinión que
Tarsis es Tarso, como el citado obispo Retício.
Todos los textos bíblicos enumerados dan claramente la impresión
de que se alude a un país concreto, al
que llaman Tarsis. Proponen algunos autores (García y Bellido,osch-Gimpera, Contenau) que
bajo la denominación “Naves de
Tarsis” hay que entender una expresión genérica, equivalente a la moderna de trasatlánticos, que navegan
por todos los mares y no necesariamente por el Atlántico, teoría quizá
no muy probable, como se verá. No
es tampoco muy aceptable la idea de
Conteneau que cree que Tarsis tiene
un significado vago, refiriéndose a
“tierras extrañas”, a donde llegaba el
comercio fenicio. Otros, en cambio,
(Albright, Cintas e Hitti) opinan que significaba “mina”, o “fundición”, aplicándose posiblemente a
distintos países ricos en metales,
hipótesis quizá muy posible. Para los
autores de los libros sagrados, Tarsis
es un país concreto, como Ofir, Sabá
o Dedán, según sostiene recientemente Barneít.
La Biblia (1 Reyes 22. 49; Salmo
72. 10; Isaías 66. 19; Jeremías 10.
9; Ezequiel 38.13) asocia Tarsis con
regiones localizadas, como observa
Lorimer, en la ruta del Mar Rojo, lo
que parece indicar que Tarsis se
encontraba en la misma dirección.
En este aspecto, son muy significatvos los textos de 1 Reyes 22.49 y 2
Crónicas 20. 35-36, que narran el
mismo hecho; el primer autor dice
que las “naves de Tarsis” contruidas
irían a Ofir; el segundo habla sólo de
“naves de Tarsis”, lo que parece señalar que ambos países se encuentran muy próximos o son el
mismo. Como muy acertadamente
anota Lorimer, estas naves construí
das, según ambos textos bíblicos, en
Asiongaber, paraje situado en el
Golfo Elanítíco, no podían navegar
por otro mar que por el Indico, pues
en la fecha a que se refiere el sagrado
texto no se encontraba abierto el
canal desde el Nilo al Mar Rojo,
construido en tiempos de Necao, segundo faraón de la Dinastía Saíta,
que gobernó entre los años 609 y
594 a. de C-, según indicación del
historiador Heródoto de Halicanaso (2. 158), que escribió su historia en el siglo V a. de C.
Estos dos textos sirven para esclarecer las referencias sobre los viajes
a Tarsis en época de Salomón. El rey
judío construye naves en Asiogaber,
que ‘en compañía de navíos y marineros de Hiram iban a Ofir (1 Reyes 9.27- 2 Crónicas 8. 17-18; 9. 10).
Otros textos (I Reyes 10. 23; 2 Crónicas 9. 21) dicen tan sólo que iban
las naves a Tarsis con las de Hirám, Se
observa, pues, la misma vinculación
de Tarsis y Ofir y se señala que estas
naves se construían en el mismo
puerto del índico que en tiempos de
Josafat. Las naves de Hirám aparecen
en otros pasajes bíblicos (1 Reyes
10. 11) navegando a Ofir. Todos los
textos referentes a intereses comerciales de los judíos del tiempo de´Salomón
a través del mar, salvo cuando traen maderas del Líbano, aluden a navegaciones
por el Mar
Rojo o por el Indico.
El investigador alemán M. Koch,
después de un detenido examen de
las fuentes del Antiguo Testamento,
deduce recientemente que son ciertos los viajes a Tarsis. En la época de
Hirám I de Tiro, y en el segundo milenio, son normales y frecuentes estos viajes de los fenicios a Occidente. Es
seguro, según este autor, que los israelitas intervinieron en ellos en el
marco de un tratado económico
muy amplio. No sabemos nada so
bre esta amplitud, modalidad y frecuencia del comercio en el Mediterráneo en época de Salomón. No
tiene paralelos en la antigüedad el
contrato económico entre Salomón
e Hiram I, contrato que responde a los
modelos de contratos cananeos, y que en lo referente a los viajes a
Tarsis, están limitados sólo a los años del gobierno de esos reyes.
No se sabe nada, ni son probables,
repeticiones posteriores.
La época del profeta Isaías es un
término ante quem para la ampliación de las relaciones Tarsis-fenicios. Antes no había un imperio
colonial fenicio, como se afirma frecuentemente.
A partir del siglo VIII a. de C. en
Tarsis existían asentamientos fenicios no fijos para el comercio. Había
grandes necrópolis en contacto con
las factorías, que demuestran una
continuidad de asentamientos antiguos. En los profetas Isaías y Ezequiel se afirma que Tarsis ya es
importante en la red internacional
del comercio con Tiro. En el Libro de
los Reyes y en Ezequiel, aparece
Tarsis como exportador de metales.
En Isaías, Tarsis es también un país
agrícola. Las fuentes sobre Tarsis
son en su mayoría de segunda mano.
Todas las indicaciones del Antiguo
Testamento sobre Tarsis son de gran
importancia, pues apenas poseemos
datos relacionados con los fenicios.
Las noticias sobre Tarsis en Isaías,
Ezequiel y,Asarhaddón se refieren al período más importante de Tarsis
con relación al Próximo Oriente.
De todas estas fuentes, se deduce
claramente que con Tartesos se vincula íntimamente la riqueza en estaño y plata, en primer lugar y, de
manera secundaria, con otros minerales, como oro y cobre. Para todas
las fuentes coetáneas de Tartesos,
esta ciudad se une de forma inseparable a la obtención de metales, particularmente del estaño. Las fuentes
señalan escuetamente que Tartesos
ciudad es un emporio minero, cuya
importancia estriba en la riqueza en
estaño y plata de su río.
La vida de Tartesos coincide con
el período durante el cual el estaño
es una materia prima codiciada en
grado sumo. Según los textos citados, y
otros aducibles, que hablan concretamente de una ciudad, incluso
mencionan sus murallas (Josefo,
Apión, 1. 12; Herodoto 4. 152;
Estrabón 3.2.11 y Pausanias 6.19. 3), obligan a desechar la tesis expuestas por Rhys Carpenter, y antes por Bosch-Gimpera, de que no
existen testimonios que prueben
que Tartesos era una ciudad.
2. RELACIONES DE TARTESOS
CON LOS GRIEGOS
La riqueza en metales de Tartesos
queda confirmada por Pausanias, que escribió una guía de Grecia, hacia
el año 180, "Periégesis tes Hollados", en la que
escribió: "En Olimpia hay un tesoro
de los de Sición, ofrenda de Mirón,
tirano de Sición. La ofreció cuando
en la Olimpiada XXXIII venció en
las carreras de carros. En el tesoro,
hay dos cámaras, una de orden
jónico y otra dórico. Yo mismo vi
que están hechas de bronce y no sé
si precisamente tartésico, como afirman los eleos."
Este texto ha sido
valorado por A. García y Bellido.
Según este autor, se trataba de dos
cámaras forradas de planchas de
bronce para defender los tesoros allí
depositados. Según Pausanias, pe-
saban 500 talentos de bronce, esdecir, más de 13 toneladas.
La duda
del escritor griego de si el bronce utilizado es tartésico o no, tiene poca
importancia. Lo fundamental es que
los eleos admitieran la posibilidad de
que podía ser tartésico, lo que probaría la exportación a Grecia de los
metales de Tartesos hacia el año
600 a. C. en el que se sitúa la tiranía
de Mirón.
En fecha algo anterior, hacia el
año 630 a. C., los griegos ya se
habían puesto en contacto directo
con Tartesos y traían de allí metales.
El suceso ha sido narrado por el historiador Herodoto (4.152), que
cuenta el hecho en los siguientes términos:
"Los samnios partieron de la
isla y se hizieron a la mar, ansiosos
por llegar a Egipto, pero se vieron
desviados de su ruta por causa del
viento de levante. Y como el aire no
amainó, atravesaron las Columnas
de Hércules y bajo el amparo divino
llegaron a Tartesos. Por aquel en-
tonces, ese emporio comercial esta-
ba sin explorar, de manera que a su
regreso a la patria, los samnios, con
el producto de su flete, obtuvieron,
que nosotros sepamos positiva-
mente, más benéficos que cualquier
otro griego, después, eso si, del egi-
neta Sóstrato, hijo de Laodamente,
pues con este último no puede rivalizar nadie.
Los samnios apartaron el diezmo de sus ganancias,
seis talentos (unos 155,5 kg. de plata),
mandaron hacer una vasija de bronce, del tipo de las cráteras de Argos, alrededor de la cual hay unas cabezas de grifos en relieve.
Esta vasija la consagraron en el Hereo
(el templo de Hera) sobre un pedestal compuesto
por tres colosos de bronce de siete codos, hincados de hinojos"
(traducción de C. Schrader).
Este texto es importante por varios conceptos. Se afirma en él que los griegos no comerciaban directamente
con Tartesos antes de este viaje, en
el que el patrón se llamaba Colaios;
3. FUENTES LATINAS SOBRE TARTESSOS.
Los historiadores romanos vacilaron en la ubicación de la
ciudad de Tartesso, lo que prueba que a finales de la República romana Tartesos
se perdía en la penumbra de los siglos.
Para Plinio el Viejo (4:120) Tartelós era Cádiz "Nosotros (los romanos) la llamamos Tartesos y los
púnicos Gadir, lo que en lengua punica significaba "reducto."
Esta
opinión es la seguida por Salustio
(hist. 2. 5), Cicerón (Ad. ALE 3. 11),
por Valerio Máximio (8.13,4) y por
Silio Itálico (1. 6.465), por Justino
(44. 4. 14) que resume a Trogo
Pompeyo historiador galo de época
de Augusto, por Arriano (2.16. 9) y
por Avieno (85. 269) y por el autor
bizantino Lido (49 a). Más chocante
es que el gaditano Pomponio Mela
(2.96) alude a la creencia de algunos
de que Carteia era Tartesos: "Más
adelante se abre un golfo en el cual
está Carteia, ciudad habitada por
fenicios, trasladados de África, que
algunos creen que es la antigua Tartesos."
BIBLIOGRAFÍA SUCINTA AMPLIABLE MUCHISIMO MÁS
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del Tarshish bíblico. RSF10, 1982,
211 ss.
BENDALA, M.: La civilización tartésica. Historia óeneral de España y
América, vol. I, 1, Madrid, 1985, con
la bibliografía fundamental.
BLAZOUEZ, J. M.: Tartesos y los orígenes de la colonización fenicia en
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la bibliografía más pormenorizada..
BUNNENS, G.: L'expansión phénicienne en Méditerranée. Essay d'interpretation fondé sur une analyse
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Historisch-Geographische und Namenkundiicher üntersuchungen zun
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Últimamente
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