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LUGARES
ARQUEOLOGICOS DE ISRAEL No. 4 |
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INTRODUCCIÓN
| JATZOR
| TABGHA
| JAMAT
GADER | BELVOIR
| RAMLA
| CIUDADELA
| EKRON
| EIN GUEDI
| BEER
SHEVA | AVDAT |
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Jatzor:
"Cabeza de todos estos reinos" (Josué
11:10) |
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El tel (montículo) de la antigua ciudad de Jatzor es el
sitio arqueológico más grande y rico de Israel. Se halla
ubicado en la Alta Galilea, 14 kms. al norte del Mar de Galilea.
El montículo apenas si se eleva en la fértil llanura que lo
circunda, y consta de dos partes: un tel de escasa altura con
una superficie de aproximadamente 77 has., y la acrópolis al
sur, con una superficie de cerca de 14 has.
Grandes secciones de ambos montículos fueron excavadas en
1955 y 1958, y nuevamente en 1968-69; las excavaciones se
reanudaron en 1990, solamente en el tel superior.
Jatzor fue la ciudad cananea más grande del segundo milenio
AEC, y mantenía lazos comerciales con Mari, a orillas del río
Tigris, tal como se señala en documentos del siglo XVIII AEC
encontrados allí. Documentos del siglo XIV AEC, que se
encuentran en el archivo de El Amarna en Egipto, la mencionan
como una ciudad cananea de importancia e incluyen el nombre de
su rey, Abdi-Tirshi, que jurara lealtad al faraón de Egipto. Es
el único gobernante cananeo que esos documentos califican como
"rey". Los excavadores confían en hallar archivos
similares en Jatzor.
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Hasta el presente, en la acrópolis de Jatzor sólo se han
encontrado unos pocos documentos en escritura cuneiforme, en
pequeños fragmentos de tablillas de arcilla. Los mismos son
similares a los documentos de Mari y El Amarna, tanto en su
contenido como en las fechas. Uno de los documentos de Jatzor
menciona a Ibni Addu, cuyo nombre aparece también en un
documento de Mari. En las lenguas semíticas, ese nombre evoca
el del último rey cananeo de Jatzor, Yavín, mencionado en la
Biblia. Textos de naturaleza económica y administrativa
descubiertos en Jatzor refuerzan la presunción de que en el
palacio actualmente excavado en la acrópolis se puede encontrar
gran cantidad de documentos similares.
La ciudad cananea
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La fortificada ciudad cananea de Jatzor (siglos XIX-XIII AEC)
comprende el tel superior (la acrópolis) y el tel inferior (la
ciudad baja). La forma rectangular del tel inferior es el
resultado del pesado terraplén construido a principios de ese
período en los lados norte y oeste de la ciudad. El costado
este, sobre una pendiente empinada, estaba protegido sólo por
una muralla, en la que había dos portales de acceso a la
ciudad, con dos garitas que consistían en dos torres
rectangulares con un pasadizo en el medio, que se estrechaba por
los tres pares de pilastras que sostenían las puertas.
El área fortificada de Jatzor inferior contenía viviendas y
edificios públicos. En la parte norte de la ciudad se descubrió
un templo cananeo de grandes dimensiones. Aparentemente, entre
los siglos XVII y XIII AEC, hubo cuatro templos superpuestos en
el mismo lugar, construidos el uno sobre el otro. El primero de
ellos era modesto; el último, que alcanzó sus mayores
dimensiones en el siglo XIV AEC, consiste en tres grandes
habitaciones construidas en hilera, de sur a norte. El vestíbulo
de acceso en la parte sur conduce a una sala central, detrás de
la cual se hallaba el sancta sanctorum, el recinto más grande
del templo, ubicado en la parte norte. En la pared norte hay un
nicho en el que podría haberse ubicado la estatua de algún
dios. Este templo cananeo recuerda al Templo de Salomón en
Jerusalem que, según la descripción bíblica, también incluía
tres habitaciones en hilera.
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En la construcción de este templo cananeo de Jatzor se
recurrió a una técnica singular: el lado interno de los muros
está revestido con losas rectangulares de basalto guarnecido,
que refuerzan las murallas de ladrillos.
Se halló una gran estatua de basalto, con el relieve de un
león, que probablemente formara parte de un par ubicado a ambos
lados de la entrada. En las ruinas de este templo, destruido por
el fuego, se encontró una variedad de estatuas, vasijas de
culto, mesas de libación y un cuenco profundo de basalto
decorado con motivos en espiral. De especial interés resulta un
altar cuadrado de basalto para la quema del incienso. En uno de
sus lados hay un bajo relieve de un círculo con una cruz en el
centro, símbolo divino del dios cananeo de las tormentas.
En la parte oeste de la Ciudad Baja se descubrió un pequeño
templo del siglo XIV AEC, construido dentro del terraplén. En
la parte posterior del edificio hay una hilera de estelas de
basalto, una de ellas con un par de manos alzadas en plegaria y
sobre ellas una media luna y un disco, que presuntamente
representan los atributos divinos. También fueron encontradas
en ese lugar estatuillas de basalto de una figura sentada y de
un león.
El descubrimiento más importante de los últimos años fue
el del palacio cananeo en la acrópolis, el más grande y más
elaborado de este período hallado hasta el presente en Israel.
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En el centro de un gran patio al frente del palacio se
encontraba una plataforma elevada, probablemente con fines de
culto. En la fachada del vestíbulo de entrada se encontraron
dos enormes piedras basales, que soportaron en su tiempo grandes
columnas. Desde allí, algunos escalones conducen a una habitación
de 12 x 12 mts., que se supone fuera la sala del trono.
Los muros del palacio tenían 3 mts. de espesor y estaban
construidas con ladrillos reforzados con tablones de madera de
cedro; sus bases estaban recubiertas con zócalos de basalto.
Como el palacio y el estilo de construcción muestran
similitudes con otros hallados en países al norte de Israel, se
supone que durante este período Jatzor mantenía lazos
culturales y económicos con dichos países.
El palacio fue destruido con el resto de Jatzor,
aparentemente en un incendio que convirtió los ladrillos en un
material sumamente duro. Los restos del palacio de Jatzor
quedaron cubiertos por la ceniza y los escombros que contenían
fragmentos de esculturas egipcias, objetos de marfil, joyas,
figurillas de bronce, estatuas y otros. Una estatua en piedra,
resquebrajada por el fuego y rota en muchos pedazos, tenía más
de un metro de altura, lo que la convierte en la estatua más
grande de la Edad de Bronce encontrada hasta el momento en
Israel.
Al nordeste del palacio había un templo cananeo con claras
influencias de la arquitectura del norte de Siria. El mismo
constaba de una gran sala con un patio al frente; es probable
que fuera el templo real privado.
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Las fortificaciones descubiertas, el suntuoso palacio, los
templos y los edificios, junto con los documentos escritos y
otros hallazgos, muestran la importancia de Jatzor entre las
ciudades-estado cananeas del segundo milenio AEC y aclaran el
pasaje bíblico que la describe como "la cabeza de todos
estos reinos" (Josué 11:10). Esta próspera ciudad fue
totalmente destruida por el fuego a fines de la Edad de Bronce
(alrededor de 1200 AEC). El incendio es mencionado en la Biblia,
enfatizando la completa destrucción de Jatzor durante la
conquista de Canaán por los israelitas: "Pero a todas las
ciudades que estaban sobre colinas no las quemó Israel; únicamente
a Jatzor quemó Josué" (Josué 11:13).
La ciudad israelita
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Durante los 200 años que siguieron a la destrucción de la
ciudad cananea, sólo existió allí una población israelita
insignificante. En el siglo X AEC, durante el reinado de Salomón,
se fundó en el tel superior una ciudad real, como señala la
Biblia: "Esta es la razón de la leva que el rey Salomón
impuso, para edificar la casa de Dios, y su propia casa, y Milo,
y el muro de Jerusalem, y Jatzor, Meguidó y Guézer" (I
Reyes 9:15). Cabe destacar que en Meguidó y Guézer se
encontraron sistemas de fortificación y edificios públicos idénticos
a los de Jatzor.
Una muralla con casamatas rodeaba sólo la parte oeste del
tel superior. La puerta este consistía en tres pares de cámaras
y dos torres saledizas al exterior. En el extremo oeste de la
ciudad había una poderosa fortaleza, que probablemente servía
también de residencia del gobernador designado por el rey para
que controlara la parte norte del reino.
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En el siglo IX AEC, durante el reinado de Ajav, la Jatzor
israelita se transformó en una ciudad real planificada hasta el
detalle. La parte este del tel superior fue rodeada por una sólida
muralla, y la anterior muralla de casamatas del oeste fue
rellenada con piedras, convirtiéndose en un muro resistente y
uniforme que rodeaba toda la ciudad. En la parte oeste de la
ciudad se construyó una nueva ciudadela de 25 x 21 mts. con
muros de 2 mts. de grueso, que constaba de dos grandes salas con
habitaciones en tres lados y una escalera con peldaños de
piedra lisa que conducía a la segunda planta. La entrada
principal de la ciudadela, por la parte oeste, consistía en dos
pilastras de piedra que sostenían capiteles protoeólicos
tallados, que sostenían el dintel de la puerta. Estos
capiteles, con dos grandes volutas talladas, caracterizan la
arquitectura real israelita.
Dentro de la ciudad y cerca de la puerta había varios
edificios públicos y privados, entre los que cabe mencionar un
depósito con dos hileras de pilares monolíticos que sostenían
el techo. Este edificio fue desmantelado en las excavaciones
reanudadas y reconstruido tan cerca como fuera posible a fin de
poder continuar con las excavaciones a niveles inferiores.
Durante el reinado de Ajav se construyó en Jatzor un sistema
hidrológico de gran tamaño y de compleja ingeniería, que se
halla ubicado al sur de la ciudad, frente a los manantiales
naturales situados en el valle a los pies del montículo. El
principal componente del sistema es un canal ancho y
rectangular, tallado en la piedra a 30 mts. de profundidad. Una
escalera de caracol de 3 mts. de ancho junto a las paredes
conduce hasta la parte inferior. El tramo bajo de la escalera
continúa en dirección sudoeste hacia un túnel inclinado de 4
mts. de alto y 25 mts. de largo, que conduce a una cámara de
agua cavada en el acuífero. Este singular sistema hidrológico
aseguraba el suministro de agua a la ciudad sin pausa, aun en
tiempos de asedio, pues quedaba oculto de la vista del enemigo.
En el siglo VIII AEC, la Jatzor israelita perdió su
importancia y declinó. En 732 AEC fue conquistada por Tiglat
Pileser (II Reyes 15:29). En toda la ciudad se han encontrado
restos de la destrucción. Jatzor no recuperó nunca su pasado
esplendor y sólo continuó existiendo allí una pequeña
población, que también fue abandonada en el período heleno.
Las excavaciones de Jatzor de 1955-58 y 1968 fueron dirigidas
por Y. Yadín, en nombre de la Universidad Hebrea de Jerusalem.
Las excavaciones realizadas a partir de 1990 (Fundación Selz
para las excavaciones de Jatzor en memoria de Yigael Yadín) son
dirigidas por A. Ben-Tor, en representación de la Universidad
Hebrea de Jerusalem, y M. T. Rubiato, en nombre de la
Universidad Complutense de Madrid, en cooperación con la
Sociedad de Exploración de Israel y la Fundación Rothschild.
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