
El demonioPazuzu

Cabeza de rey acadio
|
 |
 |
|
|
|
|
>
Reino Antiguo Asirio
Época: Primera
mitad II Mil
Inicio: h. año
1900 A. C.
Fin: Año
1780 D.C.
Antecedentes
Primera
mitad II Milenio
Palabras clave: Semitas, lengua semita, escritura
cuneiforme |
|
 |
|
|
En las fuentes de
Babilonia,
el territorio septentrional colindante es denominado
Subartu. Ya en sus orígenes se considera un reino de
estirpe semita amorita, aunque la población debía de
ser mixta, presemita subartea y semita. El fundador de la
primera dinastía parece ser un tal Puzurassur, aunque sus orígenes
y la historia de sus sucesores se pierde en crónicas
legendarias redactadas en una época muy tardía.
Aparentemente, el tejido habitacional en aldeas dispersas se
vio alterado por la presencia de poblaciones trashumantes que
actúan como intermediarias en intercambios comerciales de
mediano alcance que pronto se extendió hasta Anatolia.. La
intervención del comercio en la configuración política de
Asiria es perceptible en la disparidad funcional de sus
principales centros, Assur como sede de la actividad
comercial, y Nínive, centro regulador de la actividad agrícola
del entorno. La historia fáctica bajo los primeros reyes se
nos escapa por la escasez de la información, pero pronto debió
de ser una potencia equiparable a las del sur. Su auge está
íntimamente relacionado con la renta obtenida de las cargas
impuestas a las actividades comerciales, de manera que el
monarca da más la imagen de gran agente comercial que de rey
absoluto. Ya en el último tercio del siglo XIX, los asirios
instalan en Anatolia agencias de comercio, karum,
consideradas como colonias. En efecto, en los
alrededores de la ciudad de Kanish (Kültepe) en Capadocia,
los comerciantes particulares asirios habitaban un
"karum", donde se ha decubierto una valiosísima
colección de millares de tablillas que nos permite
reconstruir su funcionamiento. El "karum" de Kanish
es una agencia comercial asiria, que funciona con una
organización política propia al margen de la ciudad indígena
contigua, con la que no obstante firman pactos e incluso
obtienen protección militar de ella. Se trata, pues, de un
lugar central estable que controla una red de agencias menores
(wabaratu) diseminadas por Anatolia. Su objetivo es la
exportación de bienes manufacturados (tejidos) y estaño, a
cambio de los cuales obtiene cobre, plata y oro. Para su
correcto funcionamiento desarrollan los más sofisticados
sistemas crediticios y de tasación conocidos hasta entonces.
Los beneficios repercutían sobre las empresas privadas
pertenecientes a las grandes familias de Assur que tenían sus
agentes en los distintos "karu". Estas, a su vez,
contribuyen mediante imposiciones tributarias al erario público,
dando lugar así a uno de los más sólidos ingresos para el
estado asirio. El máximo beneficiario de este sistema es
naturalmente el monarca, que posee además las atribuciones
propias de los reyes de la época; pero en el caso asirio se
da otra circunstancia especial, pues la propia ciudad está
representada a través de una asamblea, a la que pertenecen
todos los ciudadanos libres, con capacidad para tornar
decisiones. Tal vez sea, como en el caso del reino hitita o en
el período formativo de los reinos meridionales, expresión
de unas formas más colectivas de decisión política, propias
de comunidades de pequeño tamaño y no excesivamente
jerarquizadas. Pero la organización cívica estaba
representada también por un magistrado electivo y temporal, (limum),
presidente de la asamblea, en el ayuntamiento o Bit Alim, casa
de los epónimos, lo que pone de manifiesto la originalidad
institucional asiria. A finales del siglo XIX se produce un
brusco cambio en toda esta situación, cuando el "karum"
de Kanish es destruido, no se sabe bien en qué
circunstancias. Al parecer, la propia capital del reino sufre
graves alteraciones y poco después ve cómo accede al trono
un amorreo, miembro de aquellas tribus que previamente se habían
dejado sentir por la zona septentrional de Siria y que también
habían conseguido instalar una dinastía propia en Babilonia,
a la que corresponde
Hammurabi.
Con el nuevo rey,
Shamshiadad
(1812-1780), la ciudad de Assur pierde parte de su
protagonismo, pues el centro de gravedad del reino se desplaza
hacia la zona del alto Khabur, donde erige el palacio de
Shubat-Enlil (Tell Leilan). Una carta de
Mari
dice: "La ciudad de Shubat Enlil es una fortaleza,
fundada en el corazón del territorio...", para
garantizar las comunicaciones entre Mesopotamia y Anatolia.
Las campañas militares de Shamshiadad tuvieron precisamente
como finalidad asegurar la fluidez del tráfico comercial en
su propio beneficio y en tal sentido se debe entender la toma
de Mari; aunque por otro lado buscaba la consolidación de las
zonas fronterizas. Sus éxitos militares hicieron de Asiria la
máxima potencia de su época y el propio monarca se preocupó
por dar un aparato administrativo más eficaz a su reino. Esa
pudiera ser la correcta interpretación de la apertura a las
influencias meridionales, que afectan tanto al sistema
organizativo, como al ámbito religioso, fenómeno al que no
es ajeno el propio exilio de Shamshiadad en Babilonia antes de
convertirse en monarca de un estado territorial. Al frente de
las ciudades sometidas, como Mari, sitúa a sus propios hijos
o personas de confianza, protegidos por guarniciones
militares. Para las campañas militares las tropas
estacionadas son auxiliadas por levas extraordinarias entre la
población productora que es desmovilizada al término de las
mismas. Así pues, el antiguo reino asirio se fundamenta en el
consabido equilibrio inestable entre la explotación de los
recursos agrícolas, la actividad comercial, la presión
tributaria sobre territorios sometidos y todo ello gracias a
la eficacia de la maquinaria militar, cuyo fracaso conlleva el
colapso de estados aparentemente bien consolidados. Pero en el
caso de Asiria, la debilidad estructural estaba acrecentada
por la composición del grupo dominante, un conglomerado de
antiguas casas dinásticas y jefes de clanes nómadas, cuyas
disensiones pronto se dejarán sentir violentamente. A la
muerte de Shamshiadad hacia 1780, todos los territorios
ocupados se lanzan a recuperar su independencia, desde
Eshnunna a Mari. Comienza así una nueva etapa en la historia
del Próximo Oriente.
|