CONTIGO EN LA DISTANCIA. EL ROL DEL TUTOR EN LA EDUCACIÓN NO PRESENCIAL |
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Universidad del Salvador Argentina |
Junto
con los materiales, la tutoría constituye el núcleo
operacional del diálogo didáctico mediatizado que
caracteriza a esta metodología didáctica. Más
allá de los debates etimológicos y semánticos que
ponen en duda el adecuado uso del vocablo “tutor”
y proponen sustitutos tales como asesor, orientador,
mentor, guía o facilitador entre otros, la referencia
a la “tutoría” ha sido histórica y generalmente
aceptada para la denominación de la tarea de quien
interactúa con el alumno a distancia respecto de los
contenidos y procesos de aprendizaje. Ezequiel Ander-Egg en su diccionario de pedagogía ha definido a la tutoría “en el campo de la educación” como “la acción de ayudar, guiar, aconsejar y orientar a los alumnos por parte de un profesor...”. “El asesor a distancia –afirma coincidentemente Galindo Rodríguez- es un profesor designado por la institución que imparte la educación, encargado de orientar, motivar o guiar al estudiante en aspectos propios de la disciplina que se está estudiando o en tema srelacionados con el cómo estudiar o cómo aprovechar mejor los materiales que se le proporcionan”. Lugo
y Schulman por su parte hablan del tutor como un
“animador y vehiculizador del aprendizaje autónomo
que realizan los estudiantes”. Paradójicamente
ha sido más fácil para los expertos arribar a
consenso respecto de las características y funciones
atinentes a quien interacciona con los estudiantes a
distancia en relación con sus procesos de adquisición
de conocimientos que lograr acuerdo sobre su
denominación. De
cualquier modo, como se dijo, la función tutorial es
uno de los pilares sobre los que se consolida la
educación a distancia. Se
denomina de este modo a la relación orientadora de
uno o varios docentes respecto de cada alumno en orden
la comprensión de los contenidos, la interpretación
de las consignas operacionales, el momento y la forma
adecuados para la realización de trabajos, ejercicios
o autoevaluaciones, y en general para la aclaración
puntual y personalizada de cualquier tipo de duda. En
algunos sistemas la gestión de tutorías tiene
determinadas instancias obligatorias e ineludibles,
inclusive presenciales y/o grupales. En otras
administraciones, se limita al contacto mediatizado,
que transita todo tipo de comunicaciones (correo
postal, teléfono y fax, e-mail, etc.) y en muchas
oportunidades adopta una combinación de ambas
variantes. Así
los modelos tutoriales varían entonces, de acuerdo a
la organización y planificación de cada institución,
entre individuales o colectivos, presenciales o a
distancia y obligatorios u optativos, y se presentan fácticamente
según distintas combinaciones entre tales variables. En
todos los casos los docentes tutores no solamente son
especialistas en el área de conocimiento motivo de
estudio, sino que también deben estar adecuadamente
capacitados para el ejercicio de esa importante y
particular función, conociendo las características
de la educación a distancia, de los materiales
utilizados y de la psicología del estudiante en tal
situación. Una perspectiva analítica sobre el particular nos presenta a las tutorías, junto con los materiales y la planificación constituyendo un triángulo virtuoso de interacción constante, ya que la planificación origina y da pautas tanto a los materiales cuanto a las tutorías. Estas últimas se relacionan íntimamente con los contenidos y propuestas que transmiten los materiales y vuelcan su experiencia a los fines de la autoevaluación del sistema en pos de ajustes en la planificación. Los
materiales por su parte están orientados por la
planificación y tratados por las tutorías. Otra
mirada similar sobre la cuestión permite visualizar
la relación triangular entre materiales, tutorías y
alumno en la cual la interacción entre los dos
primeros elementos responde a las formas antes
citadas, mientras que ambos interactúan con el
estudiante, objeto central del sistema, conformando un
diálogo didáctico mediatizado. En
todos los casos la labor que el docente desarrolla en
los sistemas no presenciales de educación es uno de
los factores que marcan su diferencia con el estudio
libre. Si bien la educación a distancia requiere de
un alto grado de compromiso y autogestión de parte
del estudiante, éste no se encuentra de modo alguno
solo frente al material sino que dispone todo el
tiempo de un referente humano interactuante, su tutor,
capaz de orientarlo, contenerlo, inducirlo y alentarlo
en su aprendizaje conceptual, procedimental y
actitudinal. Al
respecto Lugo y Schulman sostienen que “...el tutor
debe paliar la ‘soledad’ del aprendizaje
propiciando sistema de comunicación fluida y
sostenida...” La función del tutor es la de un acompañante que no enseña ni transmite contenidos conceptuales (responsabilidad de los planificadores y contenidistas en la elaboración de los materiales), sino contribuye a la autogestión de aprendizaje que desarrolla el alumno, mediante una crítica constructiva orientadora que se revela constantemente superadora, motor de una espiral ascendente en la construcción del conocimiento del estudiante. - Ander-Egg, E. (1997): Diccionario de pedagogía. Magisterio del Río de la Plata. Buenos Aires. - Galindo Rodríguez E., El asesor a distancia [en línea], www.nuestraldea.com [Consulta: 30-11-00]. - Lugo M.T. Y Schulman D.(1999): Capacitación a Distancia: Acercar la lejanía. Magisterio del Río de la Plata. Buenos Aires. - Educadis [en línea], www.educadis.com.ar [Consulta: 17-11-00] |
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