El manual escolar es el mejor resumen de la idea dominante en la sociedad, tanto del concepto educación, como del de enseñanza. Se convierte en un reflejo de las tendencias, cambios y orientaciones culturales, de las modas pedagógicas, de las políticas educativas del gobierno de turno y, en definitiva, de la evolución de la sensibilidad de la propia sociedad a la que retratan.
En nuestro país, con la aparición de la escuela pública recogida en la Constitución de 1812, queda patente la voluntad alfabetizadora que preside la intención de los liberales ilustrados del siglo XIX. En su título IX, art. 366 ordena “el establecimiento de escuelas de primeras letras en todos los pueblos de la monarquía, en las que se enseñará a los niños a leer, escribir y contar”.
Durante el Antiguo Régimen, en las escuelas de primeras letras los libros para aprender a leer y escribir eran propiedad de la escuela o del maestro. Se utilizaban principalmente carteles que se colgaban de las paredes con las letras, sílabas o números.
Norma: Nuevo silabario ilustrado(1914)
Durante la Ilustración se desarrolló un notable interés por el fomento de la educación y el incremento de la producción de materiales para la alfabetización y otros textos didácticos. El sistema anterior de carteles y libros del maestro era adecuado para apoyar los métodos individuales, pero para el trabajo sincronizado de todos los alumnos de la clase se hacían necesarios los libros personales, es decir, que cada alumno tuviera su propio libro de texto.
Las innovaciones tecnológicas en el ámbito de las artes gráficas contribuyeron a la difusión de estos libros, ya que mejoraron las ediciones, se incrementaron las tiradas y se abarataron los costes de producción y, por lo tanto, el precio final haciéndose así más accesibles a las clases populares. Por sus peculiaridades de maquetación, encuadernación, tipografía, ilustraciones, tamaño, etc. el manual escolar se fue definiendo como un producto editorial específico con características propias.
Silabario: Cartilla rápida de lectura, 1937
La generalización de los manuales escolares fue utilizada por los poderes públicos para transmitir los valores y la ideología del nuevo orden liberal-burgués, por tratarse de una herramienta útil para la transmisión del conocimiento y para la formación de la personalidad.
Según Manuel de Puelles, en España “el periodo que transcurre entre la Constitución de 1812 y la revolución de 1868 comprende la génesis, el nacimiento y la consolidación de nuestro sistema educativo nacional” y “aparecen los tres ejes sobre los que va a gravitar sucesiva o alternativamente la política del libro escolar durante el dilatado marco de los dos últimos siglos:
- Imposición del texto único por el poder político
- Libertad completa del profesor a la hora de elegir libro de texto
- Libertad de elección docente dentro de una lista elaborada por un órgano del Estado”
Introducción
