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Gijón, 27 de junio de 2016

Adolfo García: "Hay que recuperar el orgullo de ser hombre de campo"

El antropólogo desvela las claves de la trashumancia ganadera a través de un itinerario didáctico de la UNED por el Parque Natural de Somiedo

 

Adolfo García Martínez

Adolfo García

Cerca de 40 personas han visitado el Parque Natural de Somiedo guiados por el antropólogo y profesor-tutor de la UNED Adolfo García, en una actividad que el Centro Asociado de Asturias ha dedicado a la interpretación de la importancia histórica y social de la trashumancia ganadera. Esta esa una de las áreas de especialización de Adolfo García, licenciado en Filosofía, Sociología, y Filosofía y Letras, además de doctor, que ha publicado estudios tan relevantes como Los vaqueiros de alzada de Asturias y Antropología de Asturias —del que han visto la luz los dos primeros volúmenes—, entre otros.

 

Los participantes en esta actividad de Extensión Universitaria han podido descubrir los diferentes elementos que la trashumancia ganadera ha dejado grabados en el territorio del Parque Natural de Somiedo, disfrutando de las brañas de la Campa de Abajo y de Arriba, los espectaculares lagos, el Ecomuseo de Veigas, el Centro de Interpretación de Pola de Somiedo y el pueblo de vaqueiros de alzada de La Peral. Y todo ello diferenciando los tres tipos de trashumancia practicados en el lugar durante siglos: la trashumancia interior, la de largo recorrido y la mesteña.

 

¿Cuál es la diferencia entre los tres tipos de trashumancia?

La trashumancia interior se produce dentro del propio municipio. Consiste en mover los rebaños de una manera cíclica: durante la primavera se ocupan las brañas que yo denomino equinocciales, y en verano se sube a otras brañas más primitivas, menos desarrolladas, porque no poseen propiedad privada, edificaciones para encuadrar el ganado y para vivir el pastor, y allí se está solamente los meses de estío. En el otoño vuelven a bajar a las equinocciales, para que el ganado consuma el heno seco que han almacenado en sus cabañas, aprovechar las paciones de los prados cercanos, y en noviembre bajan al pueblo, están allí hasta marzo, y vuelve a empezar el ciclo.

 

 

Ponencia de Adolfo García junto al lago

Ponencia de Adolfo García junto al Lago del Valle de Somiedo.

¿Y la trashumancia de largo recorrido?

Viene desde concejos de la marina. Los ganaderos suben en el mes de marzo y bajan en el mes de noviembre. Por tanto aquí tienen unos asentamientos mucho más desarrollados, porque venía toda la familia, con todos sus animales y enseres, y por consiguiente las construcciones no son un simple refugio para el ganado y el pastor, sino construcciones para familia numerosa, sus cosechas, sus animales... El paisaje se estructura de otra manera. Aquí hay tierras de labor, prados para la cosecha de hierba, y pastos comunales o en libertad.

 

¿En qué consiste, en cambio, la mesteña?

La trashumancia mesteña viene del sur, a la zona de Somiedo como a otras zonas de Asturias, en tiempo de verano. De junio a septiembre subían miles de cabezas de ganado ovino, que venían desde Extremadura, desde Castilla y León, de lugares tan distantes como Segovia. Y aquí estaban tres meses, arrendaban los pastos, y los pastores construían unos refugios para ellos y unos apriscos para el ganado. Aquí estaban en torno a tres meses. Llegaban caminando y se iban caminando, por las famosas cañadas reales.

 

 

Ponencia de Antonio Fernández

Teito de las brañas de Somiedo.

Usted ha mencionado que el paisaje hay que leerlo como si se tratara de un libro.

Los tres tipos de trashumancia han dejado huellas que hoy en día es difícil leer, porque el paisaje se ha homogenizado tanto que lo bravo ha invadido lo manso. Pero todavía se puede leer, porque una braña equinoccial tiene las construcciones para guardar el ganado, guardar heno y cobijar al pastor, alrededor hay espacios cercados, lo que quiere decir que se recoge heno para dárselo en las cuadras si venía una nevada en primavera o en otoño. Las brañas estivales también: son construcciones muy sencillas, generalmente de planta circular, donde solamente se guardaban algunos animales pequeños y el pastor tenía un refugio para pasar allí alguna noche. Los animales estaban allí solo los meses en los que con seguridad no iba a caer ninguna nevada. Y en las brañas vaqueiras también se pueden leer las huellas, porque en las brañas de arriba, que yo las denomino pueblos, aunque se deshabitasen parte del año, vemos las construcciones multifuncionales que cumplen función de vivienda, de almacén, de cuadra y de henil.

 

En su exposición sobre los vaqueiros de alzada ha destacado cómo el grupo fue capaz de comprar su propia libertad.

Los vaqueiros de alzada, desde el siglo XV que aparecen como grupo, según mis hipótesis basadas en documentación y en trabajo de campo, desde el momento en que van formándose como grupo étnico, emprenden una serie de luchas contra grandes enemigos, como eran las casas nobles y los monasterios. Su primera lucha fue por conquistar el paisaje a base de la revolución de las cercas, cercando con muros de piedra sobre los espacios baldíos que parece que eran propiedad de los nobles y de los monasterios. Los vaqueiros construyen cerramientos y logran en el siglo XVII y principios del XVIII tener un terreno suyo y una cabaña ganadera suya en parte.

Pero sus asentamientos estaban todavía en cotos señoriales, y el señor seguía manteniendo el dominio jurisdiccional, que consiste en una serie de impuestos, y entonces buscan liberarse, se reúnen entre ellos, hablan con los señores y acuerdan comprar su libertad, para que el señor no vuelva a aparecer por allí a exigirles nada. Les piden una cantidad astronómica de dinero y la pagan a plazos, mediante fórmulas de lo más ocurrente, y están pagando plazos durante muchos años.

Y otros espacios que necesitaban para pastos, y que eran de los nobles, los compran proindiviso, sin partir, cada uno lo que podía, de forma que después podían pastar con un número de cabezas proporcional a lo aportado.

 

¿Cuál ha sido el papel de la mujer en la sociedad rural asturiana?

El papel de la mujer en toda la sociedad rural asturiana, como en todo el mundo europeo occidental, ha sido clave en el mundo campesino. En cada casa había dos mujeres, porque eran una familia troncal de tres generaciones, la mujer de más edad, que era la que se llamaba en Asturias el ama, la nuera, porque el hombre llevaba a la mujer a la casa de los padres, y luego estaban los hijos del matrimonio joven. Cada una cumple un papel. La mujer de más edad era quien daba vida social, era la encargada de socializar a toda la familia, transmitiendo el patrimonio social del linaje, para que cada uno se atuviera a las normas de convivencia de la casa, de la familia y del linaje. La mujer joven tenía que dar vida biológica, al tener hijos. Las madres de cincuenta años con hijas casaderas, que habían vivido todo ese proceso de dominio de la casa sobre la mujer joven, sobre todo, que dejaba padres y hermanos para irse a vivir con un hombre cuyo matrimonio había sido arreglado, y a vivir con suegros y cuñados, las madres de mediana edad hacen su revolución a través de las hijas, las logran sacar del entorno rural, y que se marchen de la ciudad, y por tanto hay una emigración casi total de todas las chicas casaderas. Los hijos, por su parte, se quedan en el pueblo solteros, ante la marcha de las mujeres.

 

 

Grupo de alumnos durante la ruta.

Grupo de alumnos durante el itinerario.

¿Por qué se ha producido el éxodo rural?

Esta crisis se inicia a partir de los años sesenta. Durante siglos, el hombre del campo, el "paisano", luchó contra el monte, contra lo bravo. Y fue colonizando, construyendo paisajes multicolores, porque el paisaje tradicional era diversificado, tenía un multiuso. Pero, a partir de la crisis demográfica, lo bravo comienza a avanzar sobre lo manso. A partir de los años sesenta-setenta llega el desarrollismo industrial y hace falta mano de obra, y el caladero, el vivero, está en el mundo campesino.

Hay una ideología perfectamente programada desde afuera, a partir de los años setenta, que decía que cualquier obrero de la ciudad vive mejor que un campesino o un dueño de un caserío. A esto se une, por ejemplo, el emigrante que vuelve y presume de su vida en la ciudad, aunque muchas veces estaba cavando todo el día en una zanja y aguantando a un patrón, pero al volver al pueblo presumía ante los vecinos.

 

Lo que usted llama "la imagen invertida del otro".

Exacto. Además, el maestro ya no vive en el pueblo, como antes, que se casaba incluso con una mujer del lugar. Y los currículos de la escuela están hechos desde el punto de vista urbano. Todo ello desruraliza. Las causas no son económicas, son socioculturales. Campesinos que viven bien se van igualmente la ciudad.

 

¿Qué se puede hacer para frenar la crisis demográfica de estos pueblos?

Recuperar en el paisano el orgullo de serlo, llevando la vida campesina a los lugares de prestigio, a las universidades, las escuelas, el cine, la televisión, los parlamentos, para recuperar ese orgullo que tiene el campesino francés o italiano de ser hombre de campo. También hay que eliminar burocracia, conseguir que haya más diálogo con la administración, e incluir al campesino en la cadena de producción, distribución y comercialización de sus productos. Montar empresas agroalimentarias en las zonas rurales fijaría a personas con puestos de trabajo. Y además ha de compensarse a los campesinos por ser los mantenedores del territorio.

 

Tejados de escoba.

Una de las casas tradicionales del Ecomuseo de Veigas.

El profesor y los alumnos del curso.

El profesor y los participantes en la actividad.

 

CA Asturias. Gijón.